En el contexto de la globalización, las relaciones internacionales han dejado de ser un monopolio exclusivo de los Estados-nación y organismos internacionales, apareciendo con más claridad nuevos actores políticos y sociales en el tablero internacional.
Así, en la medida en que los retos locales se han convertido en globales, al afectar a todas las escalas espaciales, las agendas políticas de los actores supranacionales, estatales, regionales y locales se volvieron más complejas e interrelacionadas.
En este contexto, los gobiernos locales han profundizado su internacionalización centrándose, principalmente, en: diseñar mejores estrategias para incidir en las agendas multilaterales, fomentar el trabajo en redes para abordar problemas comunes y soluciones replicables, intercambiar conocimientos y experiencias, y por último, asumir un claro protagonismo en la localización de los compromisos multilaterales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, favoreciendo la legitimidad y coherencia multinivel de las acciones públicas locales.
Para lograr estos objetivos, se han utilizado diferentes modalidades de internacionalización, destacando entre otras, la articulación en asociaciones y redes de gobiernos locales (en el ámbito internacional, europeo, latinoamericano, e incluso birregional euro-latinoamericano) y la utilización operativa de las diferentes modalidades de cooperación descentralizada para el desarrollo para reforzar capacidades técnicas e implementar programas y proyectos para enfrentar problemáticas comunes.
En la actualidad, destaca también un novedoso instrumento de internacionalización de los gobiernos locales que son las alianzas de ciudades y pactos de alcaldes. Este nuevo instrumento tiene como características específicas: un mayor compromiso solidario y político, una aproximación sectorial a un problema relativo a derechos sociales, medioambientales o económicos, y compromisos concretos compartidos, que se concretan en diferentes pero coherentes planes de acción.
Hoy en día, los gobiernos locales deben ser cada vez más conscientes de los diversos retos globales que afectan sus territorios y ofrecer respuestas propias e innovadoras, desde lo local; intercambiar experiencias para mejorar sus políticas públicas, y; llevar adelante acciones conjuntas que, eventualmente, se consoliden en una agenda local propia, aportando valores y soluciones articuladas con los distintos actores del territorio, los Estados nacionales y organismos internacionales.
