Inicia Graue segundo mandato con quejas.
Cd. de México, 19 de enero de 2020.- Enrique Graue asumió su segundo periodo al frente de la Universidad Nacional Autónoma de México, la máxima casa de estudios del País, en noviembre pasado con nuevos problemas entre la comunidad universitaria que han derivado en paros de labores y movilizaciones.
Dentro de la comunidad han surgido quejas de acoso sexual y violencia de género contra alumnas y por el mal estado de las instalaciones y carencias en equipo y mobiliarios.
Además, en los últimos meses, se han registrado destrozos por parte de un grupo de encapuchados y acusaciones por la falta de democracia en la institución.
A ello, se suma que las autoridades universitarias enfrentan retos planteados por la actual Administración federal, encabezada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, como el de incrementar la matrícula estudiantil en el nivel superior.
En un recorrido por Ciudad Universitaria, se observó infraestructura en mal estado y los alumnos expusieron carencias en mobiliario, equipos, insumos y materiales en sus planteles.
Los universitarios piden reparaciones y mantenimiento de los edificios, abatir la falta de materiales para laboratorios y de mobiliario en las aulas, renovar los equipos de cómputo y especializados y hasta surtir con papel higiénico los sanitarios.
En el casco central de Ciudad Universitaria, son visibles plafones resquebrajados en los pasillos de la Facultad de Filosofía y Letras y en la de Derecho.
También, hay humedad en las paredes y los futuros litigantes revelan que en temporada de lluvias padecen goteras.
Además, por las noches, en estos pasillos se puede observar que aproximadamente una de cada cuatro lámparas está fundida o rota, y, en la mayoría de los casos, no tienen recubrimiento.
Los alumnos de las Facultades de Filosofía y Letras y la de Ciencias Políticas y Sociales se quejan de la falta de mobiliario.
Yadira González, de Políticas, refiere que a cada clase asisten cerca de 60 alumnos, y que es frecuente que no todos alcancen sillas.
«Siempre nos faltan sillas o a los profes, escritorios. Nos toca ir a tocar a los salones de las clases de a lado a ver si tienen una silla que les sobre, pero están igual. Hay unos chavos que hasta marcan sus sillas», dice.
«Para caminar al Metro CU, todo está oscuro en la noche, hace tres meses intentaron secuestrar a una chica y, en los baños, por las denuncias de acoso, hay botones de pánico, a veces los tocas y no suenan, y cuando suenan somos nosotras las que vamos a ver qué pasa, nunca, nunca han llegado los de Vigilancia de la UNAM», agrega.
En el caso de la Facultad de Química, los estudiantes se quejan por la falta de material de laboratorio.
«Si yo te dijera, nos falta de todo: buretas, pipetas, propipetas, de todo es de todo. Tenemos que improvisar con jeringas en el laboratorio y pues todo el equipo que utilizamos ya es obsoleto. El equipo bien lo tienen los investigadores, pero cómo llegas ahí, si aquí no tienes nada», expone Samuel Juárez.
«¿Cómo afecta?, pues mira, yo creo que cuando lleguemos a las empresas a trabajar, no vamos a saber utilizar nada, porque aquí trabajamos como en la prehistoria. Nuestros maestros son geniales, con una trayectoria impresionante, de eso no nos quejamos, al menos aquí, pero no tienen cómo enseñarnos bien en la práctica».
Y en el edificio de Diseño Industrial, las cajas destinadas a los hidrantes que se utilizarían en caso de un incendio, están vacías y las tomas de agua oxidadas.
Por su parte, los alumnos de la Facultad de Ingeniería refieren que no cuentan con software adecuado para realizar proyectos y el equipo de cómputo es antiguo.
«Tarda mucho, a veces para cargar los programas, en algunas salas, las computadoras son de esas blancas, de las cuadradas, que aparte tardan mucho tiempo, no en arrancar, ¡en prender!», comenta a modo de mofa un estudiante.
Una queja repetida en las Facultades es la falta de aseo y de insumos en los sanitarios.
En Medicina, los educandos refieren que cooperan para comprar jabón y, en ocasiones, papel.
«Limpian, pero no de manera frecuente. Nuestros maestros siempre reclaman, pero son trabajadores sindicalizados y pues no hay más que hacer, aunque en general están más limpios. En otras facultades hasta los papeles están tirados en el suelo o con lodo. Es un foco de infección», expone Martín.
La inversión promedio que destina la UNAM a infraestructura y mantenimiento es del 5 por ciento del total de su presupuesto anual, y sus instalaciones son muestra de que los recursos han sido insuficientes.
Entre 2015 y 2019, la inversión más alta registrada en infraestructura ha sido de 2 mil 969.2 millones de pesos aprobados para este año; lo que implica el 6.1 por ciento del presupuesto de la universidad para 2019.
Hace seis décadas, abrió Ciudad Universitaria. En noviembre de 1952, en el mandato del Presidente Miguel Alemán, se inauguró oficialmente CU y en marzo de 1954 dieron inicio las actividades escolares.
Con información de: https://www.reforma.com/