Impulsa mexicano vuelo marciano
Ciudad de México, 21 de abril del 2021.- Cuando el ingeniero Fernando Mier Hicks (Aguascalientes, 1989) llevaba alrededor de un año trabajando en los sistemas electrónicos de prueba del brazo del róver Perseverance, un nuevo proyecto le fue asignado: diseñar un sistema para simular la gravedad de Marte en la Tierra.
Esto con el fin de someter a prueba a Ingenuity, el pequeño helicóptero experimental destinado a convertirse en la primera aeronave humana en sobrevolar el Planeta Rojo, que tiene apenas un tercio de la gravedad terrestre. El desafío era grande.
En alrededor de sólo dos meses, Mier Hicks, ingeniero en robótica del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA, y un compañero, Russell Smith, diseñaron un sistema de motor con, básicamente, un hilo que jalaba al helicóptero de la parte superior, creando una fuerza que lo ayudaba a volar.
Ingenuity, que había costado millones de dólares, literalmente pendía de un hilo.
Pero fue gracias a esas pruebas, en buena medida, y sin obviar el trabajo de los demás investigadores de la NASA, que el artefacto de 1.8 kilos de peso y 49 centímetros de altura logró elevarse 3 metros por encima de la superficie marciana durante casi 40 segundos este lunes. El primer vuelo controlado y con motor de una aeronave en otro planeta.
«Las pruebas que nosotros hicimos con el sistema de gravedad del hilito sí fueron muy importantes, y abrieron la pauta para que voláramos por primera vez en Marte», celebra en entrevista el ingeniero en mecatrónica egresado del Tec de Monterrey, y maestro y doctor en ingeniería aeroespacial por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
«Todavía sigo procesando el evento en sí, es un evento histórico; es la primera vez que esto pasa en otro planeta. Estoy muy emocionado, muy contento de que esto funcionó. Esto va a abrir puertas a futuras misiones de helicópteros o de drones para que exploren Marte de una manera más eficaz».
Una foto en blanco y negro de su propia sombra, y el registro de su compañero Perseverance a 64 metros de distancia, registraron el que será apenas el primer vuelo de Ingenuity, que ni siquiera estaba en los planes originales de la misión interplanetaria y del que incluso se temía que no lograra sobrevivir a la fría noche marciana.
«Estudiamos y planeamos todo, pero había un peligro de que no pudiéramos sobrevivir la noche en Marte porque son muy frías, y las baterías no podrían calentar al helicóptero durante la noche. Pero bueno, eso no pasó, y el helicóptero está ahorita sano y salvo.
«Todavía quedan 30 días, más o menos un mes, de seguir maximizando las características de este vuelo: cada vez van a ser más largos, más altura, más rápido. Estamos muy interesados en ver qué pasa en los siguientes vuelos. Este apenas fue el primero», reitera Mier Hicks.
El próximo está programado para el jueves, pues, explica el ingeniero, al helicóptero le toma dos días recargarse mediante los paneles solares con que está equipado, y es mucha la energía necesaria para poder llevar a cabo los vuelos de entre un minuto a minuto y medio.
Y aunque es común equiparar a Ingenuity con un dron, la operación del artefacto integrado por cámaras, sensores y baterías dista mucho de llevarse a cabo mediante un joystick en tiempo real. Principalmente por la demora en la transferencia de datos a través de millones de kilómetros entre la Tierra y el astro vecino.
«Los comandos se mandan un día antes con un cierto timer que dice: ‘Helicóptero, despiértate a esta hora, y a esta otra hora vas a empezar a ejecutar esta secuencia de comandos’. Y dentro de éstos comandos está el volar, el aterrizar, tomar fotografías.
«Esa información, una vez que se ejecuta en Marte, también se tarda varias horas en llegar hasta la Tierra, porque el helicóptero manda la información al róver; el róver la manda a un satélite que está arriba de Marte, y éste último satélite la manda a la Tierra», detalla el ingeniero mexicano.
Y a propósito de la comparación que se hace de Ingenuity con el primer vuelo a motor de los hermanos Wright en 1903 -de cuyo avión el pequeño helicóptero lleva un pedazo de tela bajo sus rotores-, Mier Hicks señala que las implicaciones de este nuevo hito son tan grandes e insospechadas como las que hubo para la aeronáutica y la aviación en su momento.
«Tal vez todas las futuras misiones a Marte sean por helicóptero; tal vez cuando los humanos toquen suelo marciano estén siendo ayudados por helicópteros que nosotros mandamos, siendo posible ello por este primer vuelo (de Ingenuity).
«Entonces, es imposible saber cuáles van a ser las ramificaciones, pero seguro van a ser muy grandes, de la misma forma que lo fue el primer vuelo de los hermanos Wright», concluye el mexicano, orgulloso de la marca que ha dejado en este logro de la exploración espacial.
Al terminar Ingenuity su aventura aérea en el firmamento marciano, podrá entonces Perseverance iniciar con su misión principal, que ha permanecido en pausa desde su arribo al Planeta Rojo el 18 de febrero pasado.
Lo primero, cuenta Mier Hicks, fue revisar la salud del rover y todos sus sistemas, para luego desplazarse hacia el mejor lugar desde donde los ingenieros del JPL pudieran operar a la distancia al helicóptero.
«Y esto es porque ahorita el helicóptero, como lo mencioné, se comunica a través del róver, a través, básicamente, de wifi, y el róver nos manda la señal. Entonces el róver no se puede alejar mucho del helicóptero, porque si no éste se queda mudo; ya no puede hablar el helicóptero con nosotros en la Tierra.
«Entonces, tenemos estos 30 días para básicamente jugar con el helicóptero, hacer vuelos más interesantes. Pero seguramente cuando se acaben esos 30 días, entonces el róver ya se va a alejar del helicóptero y se va a empezar a dedicar a lo que fue a Marte: recolectar muestras para traérnoslas de regreso a la Tierra, remarca el mexicano.
Una labor en cuyas operaciones ya no participará él, pues actualmente se encuentra entrenando para manejar al robot explorador que precediera a Perseverance: Curiosity.
El laboratorio ambulante que llegó a Marte en 2012, responsable de la detección de compuestos orgánicos en el astro, y que ha extendido su periodo de vida útil, teniendo aún todavía mucho que dar y por descubrir gracias a sus características únicas, enfatiza Mier Hicks.
«Curiosity trae instrumentos a bordo que Perseverance no. Entonces, si vemos una roca interesante y la queremos analizar rápidamente y no queremos esperar 20 años a que esa roca regrese, pues Curiosity es el robot adecuado. Nos puede decir la composición in situ, en el mismo planeta.
«Entonces, Curiosity todavía sigue vivito y coleando, y lo vamos a seguir manejando hasta que algo pase. Ahorita las llantas ya tienen bastantes agujeros, están semi ponchadas, pero el robot se sigue manejando totalmente sin ningún problema», destaca el mexicano, quien el miércoles 28, bajo convocatoria del Tec de Monterrey, ofrecerá una charla virtual a las 18:00 horas, bajo registro en: https://tec.mx/es/admisiones/i
Con información de: https://www.reforma.com/