Hielo en el desierto, entre la ficción y la realidad
México, 23 de Julio de 2017.- Ante la crítica escasez de agua en la región desértica de Emiratos Árabes Unidos, se pretende arrastrar un iceberg desde la Antártida y colocarlo frente a las costas de Dubai, un proyecto pretencioso que de solo leerse parece ficción, pero que está a meses de ser una realidad.
“Emirates Iceberg Project” es el nombre de esta idea que busca ofrecer una solución temporal para dotar de agua a los habitantes de Emiratos Árabes Unidos, y que arrancará en el primer trimestre del 2019.
Raúl Aguirre Gómez, investigador del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que es un proyecto muy ambicioso y complejo que requiere enormes recursos económicos para llevarse a cabo, pero viable gracias a los avances tecnológicos actuales.
“Definitivamente el proyecto es un paliativo a corto plazo, sin duda ayudará a darle solución momentánea y millones de litros de agua dulce, pero no dará solución a los problemas hídricos que afectan a varios países desérticos”, afirmó.
La Antártida está dividida políticamente, algunas partes pertenecen a Argentina, Chile y Rusia, afirmó el catedrático; pero en sí, los icebergs no pertenecen a ninguna nación, son “propiedad” universal.
Aguirre Gómez considera que la causa de los proyectos fallidos de antaño fue que no se contaba con los adelantos tecnológicos de la actualidad; hoy se tiene la capacidad de concretar ideas mediante el uso de recursos técnicos y económicos, sin embargo, el principal problema al que se enfrenta este plan es la logística.
En entrevista para Notimex vía correo electrónico, Abdulla Alshehi, CEO de National Advisor Bureau Limited, organismo que lidera “Emirates Iceberg Project”, señaló que el proceso de selección se hará mediante imágenes satelitales, y se elegirá un enorme bloque plano con pocos montículos, para su mejor aprovechamiento.
“Una vez que el iceberg alcance la orilla de Fujairah, estimamos que tomará entre 60 a 90 días para que se derrita completamente; si la primera operación fuese exitosa, podemos considerar traer otro iceberg sobre el futuro”, afirmó.
Por su parte, el académico de la UNAM comentó que para ejecutar dicho propósito, tuvieron que haber establecido previamente protocolos sobre el impacto ambiental, para que la estrategia no sea vista como un “pirataje” en altamar.
Agregó que en todo caso, sería la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Greenpeace, organismos internacionales ambientalistas o los países que firmaron el Acuerdo de París, quienes podrían interceder para analizar las repercusiones de dichas acciones e incluso solicitar su cancelación.
Sin duda, el nivel del mar se verá afectado de inmediato tras el derretimiento del bloque; asimismo, el tamaño del hábitat de la fauna de la Antártida (focas, pingüinos, lobos marinos, orcas y ballenas) disminuirá considerablemente, aseveró el profesor.
No obstante, el CEO de la empresa que encabeza dicha iniciativa ratificó que “ningún organismo está en contra de este proyecto, porque ayudará a salvar el medio ambiente y el mundo”.
El proyecto
Mediante el uso de imágenes satelitales de la Antártida se seleccionará un iceberg con pocos montículos –casi plano-, mismo que será remolcado durante un año a través de nueve mil 200 kilómetros por el Océano Índico hasta las costas de Fujairah, en Dubai, Emiratos Árabes Unidos; se prevé la pérdida del 30 por ciento de su masa durante la travesía.
Durante su proceso de derretimiento el agua será extraída y almacenada, se calcula que un iceberg puede suministrar hasta 25 mil millones de galones de agua, es decir, 92 mil 500 millones de litros; lo que equivale a cubrir las necesidades de consumo de un millón de personas durante cinco años.
Asimismo, al estar ubicado frente a la costa, el frío del iceberg contrastará con el calor de la zona, provocando vapor y con ello la generación y atracción de nubes -su propio microclima-, lo que a su vez generará -probablemente- lluvias en la región.
El recurso hídrico obtenido estará más barato que aquel que se obtiene mediante desalinización y posiblemente será distribuido a través de la autoridad federal de electricidad y agua, así como empresas embotelladoras, afirmó Alshehi.
Debido a que se vaticina que los recursos hídricos de la región se agoten en menos de 15 años, y a los insuficientes procesos de salinización para la obtención de agua potable, se optó por este plan.
“Seguro que una vez que comisionemos el proyecto con éxito, compartiremos nuestra experiencia con el mundo entero”, concluyó el líder del proyecto.