Herbalismo Mágico
Ciudad de México, 03 de diciembre del 2024.-Si pienso en una planta que represente amor en mi vida, sin duda alguna la primera que se me ocurre es el cacao (Theobroma cacao). Recuerdo la sensación de profundo bienestar y energía que me produce y también me trae recuerdos de una vida entera de visitas a la casa de mi querida abuela donde el chocolate todas las tardes se convertía en un ritual sagrado—un momento de compartir, de conversar y de conectar.
Resulta que el cacao, o comida de los dioses, como lo describe su nombre en latín, es una planta que activa el sistema cardiovascular. Esto hace que la sangre fluya y que el corazón bombee. Al aumentar los latidos, el calor aumenta también, llevando sangre a todos los lugares donde es necesario. No en vano, el chocolate está asociado con los días en los que se celebra el amor. Los componentes químicos del cacao nos ayudan a segregar sustancias que nos alegran y nos ponen de buen humor; podría decirse que el cacao nos ayuda a abrir el corazón.
Todo es un balance químico
Resulta que todo lo que pasa en nuestro cuerpo, desde la síntesis de los nutrientes hasta el momento en el que dormimos y nuestros estados de enamoramiento se da gracias a una serie de maravillosos y complejos procesos químicos. Evidentemente también hay otros factores que entran en juego al momento de sentirnos en amor, pero a nivel físico todo es un juego de sustancias. Por ejemplo, cuando una mujer ha tenido un bebé, su cuerpo la inunda de una hormona llamada oxitocina. También conocida como la hormona del amor, la oxitocina es crucial al momento del parto y de la lactancia.
El rol de esta hormona es reforzar los lazos entre la madre y su bebé. Cuando le damos un abrazo a alguien que amamos también estamos generando oxitocina. Como la oxitocina, hay varios componentes químicos que nos ayudan a entrar en estados de mayor bienestar y nos permiten estar más abiertos a generar vínculos con los demás. La serotonina, por ejemplo, es una sustancia responsable de regular nuestros estados de ánimo y nuestro deseo sexual, entre otras funciones. Podemos aumentar la producción de estos químicos de manera natural consumiendo ciertos alimentos, tomando los suplementos adecuados, llenando nuestros espacios de aromas exquisitos, abrazando a quienes amamos o abriendo espacios que nos relajen. Por supuesto, las plantas son nuestras mejores aliadas para esto.
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