Gobierno de Abe enfrenta fuertes críticas por posible encubrimiento
Tokio, 05 de abril del 2018.- El gobierno del primer ministro japonés Shinzo Abe enfrenta fuertes críticas, luego que su ministro de Defensa reveló que el ejército encontró registros del controvertido despliegue de sus fuerzas en Irak entre 2004 a 2006, pero no fue reportado a su predecesor.
Las críticas se producen en medio de indicios de que el apoyo popular a Abe podría estar tocando fondo, con índices de popularidad alrededor del 42 por ciento, luego de un escándalo de tráfico de influencias y una controvertida venta de un terreno estatal.
Las pésimas evaluaciones podrían perjudicar las posibilidades de que Abe pueda ganar un tercer mandato como líder del gobernante Partido Democrático Liberal en la una votación en septiembre.
El ministro de Defensa, Itsunori Onodera, reveló que la Fuerza de Autodefensa Terrestre, como se conoce al ejército japonés, había localizado documentos en marzo de 2017, pero no los comunicó a su predecesora, Tomomi Inada, que había dicho al parlamento un mes antes que los registros no pudieron ser encontrados.
“Me gustaría informar al parlamento que se investigará estrictamente si esto fue un encubrimiento”, señaló este jueves Onodera a un comité de la cámara alta del parlamento (Dieta).
Se solicitó a Onodera que explicara las circunstancias en las que se han dado a conocer los hechos, a lo que respondió que hizo público el hallazgo de los documentos el miércoles, en cuanto los funcionarios le informaron de su existencia, ya que lo consideró un asunto grave.
En Japón, las actividades en el extranjero de las Fuerzas de Autodefensa a menudo han sido objeto de escrutinio a la luz de la Constitución pacifista de posguerra del país que restringe estrictamente sus actividades.
El secretario en jefe del gabinete, Yoshihide Suga, señaló en una conferencia de prensa que el gobierno decidiría qué pasos dar después de una investigación bajo el “fuerte liderazgo” de Onodera.
El despliegue de la tropa en Irak, la misión militar en el extranjero más grande y más peligrosa de Japón desde la Segunda Guerra Mundial, fue controvertida porque las actividades de reconstrucción y humanitarias se llevaron a cabo en lo que los expertos acordaron era una zona de conflicto.
El gobierno designó el área como una “zona no combatiente” para evitar violar la constitución pacifista. Los registros podrían arrojar luz sobre las condiciones en el área donde operaban las tropas.
Los legisladores del partido opositor habían preguntado sobre los registros el año pasado mientras interrogaban a Inada por otro conjunto de registros sobre las condiciones de seguridad en Sudán del Sur, donde las tropas japonesas se habían unido a una misión de mantenimiento de la paz.
Una investigación descubrió que el manejo de esos registros violaba algunas leyes e Inada, bajo fuego por otros errores también, renunció en julio pasado.
“Los encubrimientos son la naturaleza básica del gabinete de Abe. Todo el gabinete debería dimitir”, dijo el legislador de la cámara alta del partido Demócrata Hiroyuki Konishi, en declaraciones al panel en el que apareció Onodera.
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