Francia se encamina a un escenario de incertidumbre en lugar de un gobierno de extrema derecha
Francia, 07 de julio del 2024.-Entre los riesgos se debe considerar que votantes de izquierda se mostrarán reacios a votar por los candidatos de Macron el domingo. El pacto electoral entre el centro del presidente Emmanuel Macron y la izquierda podría surtir efecto para evitar que el movimiento de ultraderecha de Marine Le Pen no alcance la mayoría en la segunda vuelta de las legislativas, lo cual marcaría un estancamiento parlamentario, vaticinan analistas. La ultraderechista Agrupación Nacional (RN) fue el partido más votado por primera vez en la historia en la primera vuelta de las elecciones legislativas del pasado 30 de junio, con más del 33% de los votos. Mujtaba Rahman y Anna-Karina Hamke, investigadores de Eurasia Group, prevén que la extrema derecha francesa no alcanzará la mayoría en el balotaje del domingo. El RN necesita 289 escaños para imponerse. «Es poco probable que Francia elija a su primer gobierno de extrema derecha en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias del domingo 7 de julio, pero podría sumirse en al menos 12 meses de confusión política e inestabilidad», opinan.
Sin embargo, destacan que entre los riesgos se debe considerar que votantes de izquierda se mostrarán reacios a votar por los candidatos de Macron el domingo, incluso para bloquear una victoria local de la extrema derecha y lo mismo puede aplicarse a los votantes de Macron a los que se les pedirá que voten por la izquierda, y especialmente a aquellos a los que se les pide que transfieran su voto a un candidato de Jean-Luc Mélenchon, anticapitalista y en algunos casos antisemita, Francia Insumisa (LFI). «La participación de los votantes de izquierda y centro el domingo en las antiguas contiendas a tres bandas será clave».
Escenario Para José Dellatte, miembro del Institut Montaigne, una configuración política en la que prevaleciera el RN en una alianza con una parte de la derecha conservadora podría llevar a una Francia que intentara bloquear u obstruir el funcionamiento de las instituciones europeas, con consecuencias para el resto de Europa. «Esta realidad política impediría a Francia ejercer su peso real en los asuntos europeos: en cuestiones cruciales de la agenda europea, como la política de defensa, la política industrial o el futuro del Pacto Verde, podría incluso perder influencia», aseveró.
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