Filme ‘Beatles ‘64’, «sujetalibros» de la historia de la banda que reaviva furor
Ciudad de México, 09 de diciembre del 2024.- Beatles ‘64 es un documental producido por Martin Scorsese y Margaret Bodde, dirigido por David Tedeschi. Registra el tiempo en que el Cuarteto de Liverpool visitó Estados Unidos por primera vez. Con imágenes nunca vistas de la banda restauradas a 4K y de los grupos de fanáticos que ayudaron a impulsar su fama, ofrece la oportunidad de ver el momento en el que se convirtieron en la banda más influyente y querida de todos los tiempos.
El viaje fue un sueño hecho realidad para ellos, asegura la productora Margaret Bodde. Siempre les había gustado la música estadunidense, y ahora llegaban al hogar de todo lo que habían soñado. Pero Estados Unidos estaba pasando por el luto del asesinato de John F. Kennedy, quien representaba la esperanza, la juventud, el futuro, declara a su vez el director de la película, David Tedeschi. Un pesimismo se había apoderado del país. Un entrevistado nos dijo que su novia se encerró en su habitación durante cuatro días después del asesinato, pero justo cuando parecía que este dolor nunca disminuiría, llegó I Want to Hold Your Hand, encabezando las listas de éxitos. De esa penumbra, afirma Tedeschi, surgió una chispa de vida, optimismo y alegría. La película narra este momento cultural a través de las palabras de los Beatles sobrevivientes: Paul McCartney y Ringo Starr (y, a través de imágenes de archivo, los difuntos John Lennon y George Harrison), así como entrevistas con seguidores como Smokey Robinson (compositor, cantante y productor discográfico estadunidense de soul), y las entonces adolescentes Nina y Jamie Bernstein (hijas del compositor Leonard). Gran parte de la película se origina a partir de imágenes filmadas durante la gira por Albert y David Maysles, reconocidos pioneros del documental modernista. De hecho, estaban comenzando sus carreras cuando Granada TV les encargó filmar el documental What’s Happening!
The Beatles in USA. “Todavía no eran ‘los famosos hermanos Maysles’”, recuerda Tedeschi. “Solo habían hecho un cortometraje. No fueron la primera opción de Granada TV, pero las imágenes son notables. Desde el principio, tienen esta intimidad con el grupo. Paul dice que la banda le preguntó a los Maysles: ‘¿Qué quieren de nosotros?’, y le contestaron: ‘Que sean ustedes mismos’. Paul les reviró: ‘Oh, podemos hacer eso’. Los Beatles eran artistas, al igual que los Maysles, y para ellos unirse fue un gran accidente del destino”. “Los hermanos –abunda el director– seguían a la banda desde la conferencia de prensa hasta el concierto y las habitaciones de hotel después del espectáculo, con sus cámaras siempre grabando. Filmaron alrededor de 11 horas de pietaje, que Tedeschi vio varias veces. El desafío, confiesa, fue elegir qué dejar fuera. Fue emocionante ver a los Beatles sentados ociosamente en su habitación de hotel.
A la vista no es difícil ver por qué Estados Unidos se enamoró de ellos. Hay algunos clips en vivo absolutamente emocionantes; en particular una carrera electrizante a través de Long Tall Sally en el Coliseo de Washington, con un McCartney aullando. Y aunque en una conferencia de prensa al principio del viaje se les describe como cuatro Elvis Presley, son más bien jóvenes hilarantes, anárquicos sin esfuerzo, payaseando para los medios pero, con la misma frecuencia, burlándose de ellos, que se habían obsesionado con la banda. Había habido noticias sobre ellos durante días antes de su llegada, todas burlándose de su cabello, asegura Tedeschi. Los medios estaban listos para comerse a estos tipos vivos. Pero cuando quedó claro que no eran meros ídolos adolescentes manejados por el escenario, que eran inteligentes y divertidos y que podían defenderse con creces, la prensa rápidamente se puso de su lado.
El hecho de que multitudes de jóvenes se encontraran con ellos en el aeropuerto y los persiguieran por la calle dio a los ingleses confianza a la hora de tratar con periodistas estadunidenses, añade Bodde. Simplemente estaban siendo quienes eran. Y esa autenticidad era una gran parte de su atractivo. Los Maysleses capturaron el fenómeno que rodeaba al grupo: desde los omnipresentes fanáticos gritones hasta los palos en el barro que se negaron a ser seducidos por esta invasión británica. Aquí, vemos un mundo que los Beatles aún no habían conquistado, poblado por hombres mayores, patricios que se burlaban de la banda como enferma y se burlaban de las adolescentes que perdían la cabeza de alegría. Siempre ha habido hombres de mediana edad así, que se oponen a cada cosa nueva en la historia, observa Bodde. Es la clásica división generacional y cultural… Fue genial tener la oportunidad de dar voz a sus admiradoras, confiesa Bodde. Siempre las descartaron como adolescentes gritonas, pero estaban por delante de todos los demás, estaban en algo. Hablaron sobre el género y las nociones e impulsos románticos. Sabían que esta banda era diferente… que eran contraculturales, pero que las chicas podían identificarse con ellos sin sentirse amenazadas.
Era un fenómeno con el que las jóvenes se sentían realmente emocionadas, músicos ante quienes se rendían y al mismo tiempo se apropiaban. Esta era su banda. Fue en este viaje a Estados Unidos que los Beatles comenzaron a sentir verdaderamente su poder, su efecto en el mundo. Lennon, en particular, disfrutaba de la fuerza disruptiva del rocanrol. Le encantaba cómo estaba arraigado en la música negra, asiente por su lado Tedeschi. “Los Beatles lograron interrumpir el racismo de la época, trascender la segregación que infectaba incluso la escena musical. Había una camaradería entre los Beatles y las bandas del sello Motown. Ellos hacían covers de canciones de la disquera, y los artistas de ésta las del cuarteto. Smokey Robinson contó cómo este amor que compartían superó los prejuicios y la segregación. Estaba tan gratificado que los Beatles versionaron sus canciones. Fueron una presencia liberadora en Estados Unidos, también sintieron el poder de una nación donde no eran juzgados únicamente por su clase y origen. Tedeschi señala la gira como el comienzo de una relación especial entre Los Beatles y Estados Unidos que sobrevivió a la banda. John se mudó a Nueva York. Ringo vive esencialmente en Los Ángeles. Paul se casó con una neoyorquina. En dos años, la futilidad y la frustración de ser ahogados por el público en tales estados de manía ensordecedores enviaron a los Bea-tles fuera de la carretera para siempre. En seis años, el grupo estaba terminado.
Estaban en constante movimiento, comenta la productora. Deben haber entendido que una gira a ese nivel no podía haber durado, que era insostenible. Bodde considera que Beatles ‘64 y el anterior documental, Get Back, exhaustiva crónica de Peter Jackson sobre la realización de su último álbum, Let It Be, son sujetalibros de la historia de la banda. “Nuestra película está cerca del comienzo. Get Back se retoma un par de años después, y todo ha cambiado, es el final. Pero aún así, el vínculo es claro. Siguen siendo hermanos, sólo que pasan por una disputa familiar.”La fascinación del público por los Beatles parece insaciable, añade. Hay una cantidad finita de material fílmico de ellos, pero no parece ser una cantidad finita de interés. Cada generación descubre a los Beatles: todos los padres que crecieron con esa música quieren que sus hijos los conozcan. Hay algo en el grupo, la alegría, la inocencia, que se extiende por generaciones. Si la música no hubiera tenido ese tipo de poder de permanencia, ese interés habría disminuido. Eran un nuevo tipo de rocanrol, proclama Tedeschi. Fueron humildes al respecto, y nunca pretenciosos. Nuestro interés perdurable en ellos tiene que ver con lo que hicieron por la sociedad, con lo que su música hace por nosotros al escucharlos.
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