Fernando Valenzuela, símbolo de conciliación internacional
Ciudad de México, 24 de octubre del 2024.- Con pelota en mano, es innegable que el legado de Fernando Valenzuela adquirió grandes dimensiones: fue campeón de Serie Mundial con Los Ángeles Dodgers, seis veces elegido al Juego de Estrellas de Grandes Ligas (MLB) y miembro distinguido del Salón de la Fama del beisbol mexicano.
Pero su figura no se limitó a los diamantes. El «Toro» también se convirtió en un símbolo de conciliación internacional y, lo más sorprendente, es que lo hizo de manera genuina.
No era un tipo pretencioso más allá de su actividad como beisbolista. Pero era tan bueno que lo que hacía dentro de Grandes Ligas pronto tuvo una escala que llegó hasta la Casa Blanca, como lo demostró aquella icónica cena con Ronald Reagan y José López Portillo, presidentes de Estados Unidos y México, respectivamente, en la década de los 80.
Antes de ser pieza clave para el título de los Dodgers en la Serie Mundial de 1981 (contra Yankees), Valenzuela fue invitado a la Casa Blanca para una reunión entre Reagan, López Portillo y otros políticos estadounidenses de abolengo como George Bush, Alexander Haig, Caspar Weinberger.
Ronald Reagan fue quien solicitó la presencia del «Toro», que en ese momento tenía 20 años y estaba viviendo su primera temporada en MLB. La cena se llevó a cabo en junio.
En 2021, Los Ángeles Times elaboró una miniserie documental de 12 capítulos titulada ‘Fernandomanía’, en la que se abordan varios aspectos de la vida de Fernando Valenzuela durante su carrera como jugador y comentarista de los Dodgers.
En uno de esos capítulos entrevistan a Richard Santillán, un investigador de la herencia latina en el beisbol de Estados Unidos, y a Jaime Jarrín, un ex locutor de los Dodgers. Ambos coinciden en la importancia que tuvo esa cena con el mandatario de Estados Unidos para sensibilizar el tema de inmigración.
“Veías a este chico con el cabello largo, un poco gordito y que no hablaba inglés siendo el centro de atención y poniendo en fila a los nombres más poderosos del gobierno de Estados Unidos para pedirle un autógrafo. Fue algo único y muy especial”, comentó Jarrín.
Gloria Molina, ex supervisora de conado en Los Ángeles, agregó: “Estábamos orgullosos de que Fernando estuviera en la Casa Blanca (…) La mayoría de los diálogos esa noche fueron sobre inmigración y no sé si aquella ocasión hizo que el presidente fuera más empático con ese tipo de problemas, pero él era de California y entendía el impacto positivo que los mexicanos estaban haciendo allí”.
A partir de esa reunión, se habló de cómo el impacto de Valenzuela en el Dodger Stadium y toda la ‘Fernandomanía’ a su alrededor estaba trasladando la conversación de la inmigración por Estados Unidos. Cada vez que él lanzaba en Los Ángeles habían fuertes entradas de público de origen latino.
El impacto de todo ello no fue inmediato. Fue hasta 1986 cuando el presidente Reagan autorizó la Ley de Reforma y Control de Inmigración para legalizar a la mayoría de inmigrantes que habían llegado a Estados Unidos antes de 1984; de acuerdo con varios reportes, se trataba de más de 3 millones.
“Todavía hay historias de chicanos en la actualidad que mencionan a Fernando Valenzuela como un factor de esto, no el factor entero, pero claramente Fernando jugó un papel importante en el cambio de políticas para 3 millones de ciudadanos nuevos”, agregó el investigador Richard Santillán.
Valenzuela se estableció en MLB de 1980 a 1997, aunque los primeros 10 años fueron completamente residiendo en Los Ángeles. Actualmente, esa ciudad cuenta con más de 1.8 millones de habitantes de ascendencia latina o hispana.
“Cuando Fernando Valenzuela uniformó de lanzador profesional al bracero indocumentado, miles de mexicanos salieron de la sombra: eran, ante los ojos del gringo viejo, los hermanos del beisbolista. Nuestro hombre había triunfado, y como el destino a veces conspira con los humildes, venció a los Yanquis”, escribió el periodista José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo en un artículo de opinión para el diario AS unas horas después de la muerte del ‘Toro’.
Valenzuela era un mexicano originario de una comunidad con menos de 1,000 habitantes en el sur del estado de Sonora, forjado en una familia de vida rural humilde. El beisbol lo impulsó a una nueva plataforma y, sin pensarlo, fue un factor de cambio para las políticas migratorias, que tanta polémica han generado hasta la actualidad entre México y Estados Unidos.
Con información de: https://www.eleconomista.com.mx/