Esturión chino
02 de septiembre de 2016.- El esturión chino es un experto viajero, curtido año tras año en viajes de ida y vuelta de unos 3.500 kilómetros entre el Mar de la China Oriental y su zona de desove en el río Yangtzé.
Pero en los últimos años su ancestral recorrido ha quedado bloqueado por la presa de Gezhouba, construida en la década de 1980. Desde entonces, una serie de nuevas presas ha interpuesto nuevos y posiblemente insalvables obstáculos en la ruta río arriba del esturión y ha sembrado serias dudas sobre el futuro de la especie.
El intenso tráfico fluvial, la sobreexplotación pesquera y la contaminación de las aguas del Yangtzé se han extendido como una plaga por el río y se han cobrado una dolorosa factura con estos gigantes acuáticos. Algunos científicos sostienen que podrían quedar menos de un millar de ejemplares.
El esturión chino puede alcanzar proporciones enormes: los especímenes más grandes superan los cinco metros de longitud y los 450 kilogramos de peso. Este titán de aspecto prehistórico tiene forma de tiburón, con grandes aletas pectorales, hocico redondeado y filas de protuberancias pronunciadas que recorren longitudinalmente su espina dorsal y sus costados.
Las autoridades chinas han emprendido esfuerzos para proteger al esturión, que incluyen restricciones a la pesca y el establecimiento de un área de conservación más abajo de la presa de Gezhouba que sirva como zona de desove alternativa. También han tratado de recuperar el número de ejemplares de la especie, cada vez más reducido, criando en cautividad millones de alevines y soltándolos en sus aguas nativas. Pero hasta el momento estas iniciativas han dado escasos frutos.
No obstante, aunque el esturión tenga todo en su contra, lleva la supervivencia marcada en sus genes.. Los esturiones han vivido en las aguas del Yangtzé durante unos 140 millones de años, por lo que a esta reliquia de la era de los dinosaurios se le aplica a veces el apelativo de «fósil viviente.»
Algunos estudios sugieren que el esturión podría haber ya empezado a adaptarse a los cambios de su entorno. Según estos estudios, estaría variando su dieta, reduciendo el consumo de especies que habitan el fondo del río y escasean, como las almejas, y aumentando el de otras más abundantes, como las lombrices de tierra.
Con información de: NATIONAL GEOGRAPHIC