Episcopados de México y EU se unen en apoyo de migrantes
Ciudad de México, 27 de febrero de 2017.- Las conferencias episcopales de México y Estados Unidos están reforzando y ampliando los lazos existentes entre ambas instancias para apoyar a los migrantes ante la política antimigrante del presidente Donald Trump.
Alfonso Miranda Guardiola, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), se reunió con José Gómez, vicepresidente de la United States Conference of Catholic Bishops (USCCB) y arzobispo de Los Ángeles, en dicha ciudad.
Ambos coincidieron en «reforzar y ampliar los lazos existentes entre ambas conferencias episcopales y proyectar el trabajo conjunto en temas como la migración, la ayuda a los pobres, la libertad religiosa y la comunicación».
En el tema particular de la migración, la Iglesia pretende ofrecer una «ayuda concreta, y un acompañamiento más cercano a los migrantes, a través de los múltiples centros de atención, los albergues, los comedores, las cáritas parroquiales y diocesanas, los agentes especializados de pastoral, las redes de comunicación eclesial, la promoción del voluntariado, la recolección de ropa y víveres; y al mismo tiempo, impulsar alternativas estructurales, que a largo plazo, eliminen la migración acelerada y sin protección».
«El sentir y caminar de las Conferencias Episcopales de México y EUA, se estrechan en el objetivo común de alentar los amplios esfuerzos para crear una extensa red dedica a la defensa y los servicios sociales en favor de las familias migrantes».
La CEM precisó que la administración de Trump «tiene como sello particular la toma de medidas que atentan contra la dignidad de los hermanos migrantes, al incrementar el dolor, el temor y la angustia por la posible separación física de las familias, la pérdida de empleos, con la consecuente eliminación de su fuente de ingreso; ello, aunado a las persecuciones, discriminaciones y expresiones de racismo, que con estas medidas del gobierno estadunidense, se han intensificado».
Añadió que frente a «esta cruda y triste realidad, la Iglesia Católica a través de sus Conferencias Episcopales en Estados Unidos (USCCB) y México (CEM), en comunión con el Papa Francisco, quien en días recientes durante la VI edición del Foro Internacional “Migración y Paz sobre integración y desarrollo: de la reacción a la acción”, realizada en El Vaticano, nos llama a “acoger, proteger, promover e integrar” el desarrollo de migrantes, inmigrantes, deportados y refugiados, convocándonos a actuar con decisión y firmeza».
Recordó que desde 1986, los obispos de la frontera noreste de México y la frontera sur de Texas, Estados Unidos, comenzaron a sostener reuniones para «reflexionar, analizar y planear trabajo conjunto, procurando la mejor atención a los fieles que habitan ambos países hermanos, siendo desde entonces la vida y realidad pastoral de nuestros hermanos migrantes, una de las preocupaciones centrales. Fruto de ello, fue la Carta Pastoral Ya no somos extranjeros: Juntos en el camino de la esperanza (2003)».
Recordó que la más reciente reunión se llevó a cabo en la diócesis de Brownsville, del 13 al 15 de febrero pasado, en la cual se dieron cita obispos, sacerdotes, religiosas y laicos de las ciudades fronterizas. También participó Cristophe Pierre, nuncio apostólico en Estados Unidos.
El compromiso común de ese encuentro es “dar acompañamiento y seguimiento a las situaciones difíciles que sufren nuestros hermanos migrantes, inmigrantes, deportados y refugiados, en estos momentos”.
Posterior a este evento, se sostuvieron dos encuentros simultáneamente entre el 15 y 18 de febrero; por una parte, Guillermo Ortiz Mondragón, presidente de la dimensión de movilidad humana de la CEM, acudió a la reunión con países de Centroamérica del denominado triángulo norte – sur en El Salvador, para analizar las acciones que se requieren con urgencia ante el problema migratorio, así como establecer el proyecto de un encuentro entre Canadá, Estado Unidos, México, Centroamérica y El Caribe, para el mes de febrero 2018.
La CEM detalló que en México existen más de 63 centros de atención a migrantes, dirigidos y administradas por la Iglesia Católica (divididos en tres grandes regiones: norte, centro y sur), las cuales cuentan con la colaboración de 71 agentes de la pastoral de movilidad humana, entre los que se encuentran sacerdotes, religiosos, así como organizaciones religiosas con enfoque social y laicos voluntarios.
La región norte tiene 31 centros de atención a migrantes; es la unidad de apoyo más grande de estás regiones y está a cargo de las arquidiócesis de Tijuana, Hermosillo y Monterrey y las diócesis deMexicali, Ensenada, Ciudad Juárez, Matamoros, Nuevo Laredo, Tampico, Saltillo, Piedras Negras, Mazatlán y Torreón. «La labor de estas casas es primordial ya que puede representar para el migrante el primer acompañamiento, luego de ser deportados por los Estados Unidos».
En la región centro hay 11 centros de atención a migrantes a cargo de las arquidiócesis Primada de México, de Morelia y de Guadalajara y las diócesis de Irapuato, Querétaro, San Luis Potosí y San Juan de los Lagos.
La región sur incluye a 24 centros de atención a migrantes de las arquidiócesis de Oaxaca, Puebla y Tuxtla Gutiérrez y las diócesis de Tehuantepec, Puerto Escondido, Tapachula, San Cristóbal de la Casas, Tlaxcala, Coatzacoalcos, San Andrés Tuxtla, Córdoba, Veracruz, Tabasco e incluye la prelatura de Cancún-Chetumal.
«Al ser esta zona, el primer filtro en el andar del migrante, las casas de migrantes de la región sur, ponen mucho interés en el cuidado de los derechos humanos frente a las autoridades mexicanas y las políticas migratorias locales».
A través de estos centros de atención, de la red de casas de migrantes coordinadas por congregaciones de la vida consagrada y de caridades católicas en Estados Unidos, «la Iglesia continúa ofreciendo un servicio de caridad pastoral a los migrantes; así mismo se mantiene presencia constante en los campos de detenciones, casas y centros de asistencia de migrantes desde la frontera sur de México hasta todo el territorio de los Estados Unidos».
Además, se estableció el compromiso de desarrollar e implementar cursos de formación para los agentes de pastoral de la movilidad humana de las diócesis y provincias, como una tarea urgente para establecer líneas de acción comunes en el trabajo a favor de los migrantes, tomando como base las acciones que al respecto ya se realizan en diócesis como Monterrey, Chihuahua, Tapachula, San Cristóbal y otras diócesis de Tuxtla Gutiérrez, incluyendo algunos presbiterios y seminarios.
Con información de: http://www.jornada.unam.mx