Empate técnico y tensión máxima: Harris y Trump, en una elección histórica
Estados Unidos, 05 de noviembre del 2024.-Hay una frase que Trump repite en sus mítines: “Traigo un mensaje de esperanza”. Ese es el fundamento de su campaña: él es la esperanza para la clase trabajadora que teme perder sus puestos de trabajo, que tiene la sensación de que Estados Unidos ha dejado de ser la nación poderosa, el gendarme mundial, “la ciudad en la cima de montaña modelo para el resto de la humanidad” que preconizaran los primeros puritanos a comienzos del siglo XVII, y que fue realidad en el XX.
La inflación, la principal preocupación de los votantes
Pese a que los resultados económicos de la presidencia Biden son positivos, Trump ha generalizado la creencia de que la economía del país está viviendo los peores momentos de su historia utilizando los datos de inflación como únicos referentes.
Según una encuesta de Ipsos, la principal preocupación para más de la mitad de votantes es la economía –de forma más precisa, la inflación–, seguida de la inmigración y la seguridad ciudadana.
Su estrategia de campaña se ha cimentado, precisamente, en la lucha contra la inflación en el terreno económico y la deportación de emigrantes en lo relativo a la seguridad. Además, bajará impuestos como fórmula para la creación de empleo e impondrá fuertes aranceles a las importaciones para impulsar la producción nacional evitando la destrucción de empleo. Sus recetas económicas, paradójicamente, podrían derivar en recortes de gastos sociales y encarecimiento de productos para las clases medias, quienes compran y consumen productos importados.
El éxito de su fórmula encuentra reflejo en las predicciones de las casas de apuestas. Algunas encuestas como la de Polimarket favorecen a Trump. La mayoría únicamente conceden la victoria a Harris en Míchigan y Wisconsin, otorgándosela a Trump en los otros cinco estados bisagra: Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania, Arizona y Nevada.
¿Está la suerte echada? Ni mucho menos. Por más que distintos indicadores favorezcan al republicano, o por más que el presidente saliente meta estrepitosamente la pata calificando de “basura” a los votantes de Trump, la demócrata tiene serias posibilidades de alzarse con la victoria.
Obviando méritos, suerte ha tenido Kamala Harris al encontrarse siempre en el sitio oportuno en el momento oportuno. Así llegó a ser la primera mujer en ocupar la fiscalía general de California, fue la primera mujer étnica en conseguir un asiento en el Senado por ese mismo estado y se convirtió en la primera vicepresidenta de la nación.
El partido que más recauda suele ser el vencedor de las elecciones, y los demócratas superan sensiblemente al partido republicano. Los votantes demócratas parecen estar más movilizados que los republicanos, como se desprende de los porcentajes del early voting.
En mi particular quiniela adjudico a Trump los estados de Georgia y Carolina del Norte, pero creo que Harris ganará Wisconsin y Míchigan, con lo que todo se decidirá en Pensilvania. Aunque en este estado las encuestas favorecen a Trump, lo hacen en menos de un punto, y en los “votos tempranos”, los registrados demócratas duplican a los republicanos. En las elecciones del 2020 se emitieron en este estado casi siete millones de votos y los demócratas vencieron por 80 000; allí viven unos 600 000 hispanos, casi la mitad portorriqueños a quienes poco o nada gustó la broma del humorista Tony Hinchcliffe comparando su isla con un basurero.
Pero, si de apostar se trata, diría que el nombre de Kamala Harris completará la famosa frase tan repetida en los Oscar: “And the winner is…” –Y el ganador es…“–.
con información de https://www.eleconomista.com.mx/