México, 13 de abril de 2017.- La inflación en el País enfrenta dos principales choques: la depreciación acumulada del peso y el incremento en los precios de los energéticos este año, destacó la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico).
Por ello, el incremento de 25 puntos base en la tasa de interés de referencia, a 6.50 por ciento el pasado 30 de marzo, se realizó con el objetivo de evitar contagios a la formación de precios en la economía.
De acuerdo con las minutas de política monetaria del organismo, siguen sin presentarse presiones significativas provenientes de la demanda agregada sobre el nivel general de precios, aunque la mayoría advirtió que las condiciones en el mercado laboral han venido estrechándose de manera importante.
Así, algunos miembros consideraron que no es claro que actualmente exista holgura en la economía, ya que la brecha del producto, es decir, la diferencia entre el PIB potencial y el real, está prácticamente en cero.
Algunos miembros apuntaron que los indicadores de riesgo soberano del País también registraron reducciones. Incluso, uno de ellos señaló que éstos se ubican en niveles similares a los que tienen otras economías con menor calificación crediticia, lo que podría estar sugiriendo que los mercados anticipan una disminución en la calificación de México.
Las minutas destacan que la trayectoria positiva del consumo ha tenido soporte en el vigor de las remesas, el aumento de la masa salarial y el mayor crédito a los hogares, entre otros.
En contraste, uno de los miembros de la Junta atribuyó la desaceleración reciente del consumo a la disminución de los salarios reales, la cual se dio como resultado del incremento de la inflación.
Las expectativas para la cotización del peso frente al dólar para finales del año disminuyeron considerablemente debido a que recientemente la moneda nacional se fortaleció por factores como el anuncio de las coberturas cambiaras de Banxico, el tono más conciliador por funcionarios estadounidenses respecto a la relación entre México y EU, y a la confirmación de un proceso gradual de normalización de la política monetaria en aquel país.
Los miembros coincidieron en que la economía continuó creciendo a tasas razonables en los primeros meses de 2017 debido al dinamismo de las actividades terciarias, toda vez que la actividad industrial siguió mostrando un estancamiento.
Señalaron que si bien prevalecen riesgos a la baja para el crecimiento económico de México, parecería estar disminuyendo la probabilidad de que se materialicen algunos de los escenarios negativos más extremos.
Como riesgos internos, las minutas señalan una incidencia mayor a la prevista del bajo nivel de confianza de las empresas y consumidores en la demanda, así como posibles nuevos descensos de la producción de petróleo.
Adriana Arcos | Reforma
