El síndrome de intestino irritable tiene 4 subtipos: 10 señales para identificarlo y cómo tratarlo
SII es la sigla del síndrome del intestino irritable, una enfermedad gastrointestinal incurable que afecta principalmente a personas de 20 a 30 años de edad. Esta enfermedad provoca dolores y cambios intestinales que empeoran con el estrés y las emociones.
¿Qué es el síndrome del intestino irritable?
El gastroenterólogo Guillermo Andrade del Centro de Gastroenterología del Hospital 9 de Julio explica que el síndrome del intestino irritable es un desorden gastrointestinal que causa dolor y/o incomodidad en el abdomen, así como alteraciones en el hábito intestinal como constipación o diarrea.
El SII antiguamente era conocido como síndrome del colon irritable. En la actualidad hay personas que se refieren a él como diarrea funcional o constipación funcional, pero el experto resalta que estos nombres no son correctos porque caracterizan enfermedades en las que hay apenas alteraciones del hábito intestinal sin incomodidad, que es una de las características principales del SII.
Subtipos de SII
De acuerdo con la World Gastroenterology Organisation Practice Guidelines, la enfermedad puede dividirse en cuatro subtipos:
- SII con estreñimiento: su manifestación principal son las heces endurecidas y la dificultad para evacuar.
- SII con diarrea: el síntoma más presente son las heces blandas.
- SII del tipo mixto: las heces blandas y endurecidas se alternan, por lo que provocan estreñimiento y diarrea.
- SII no clasificada o inespecífica: se refiere a cualquier cuadro que no encaje en las descripciones anteriores.
Causas
El SII tiene causas multifactoriales, es decir, puede ser desencadenado por un factor o por la asociación de varios de ellos, descritos a continuación.
Alteraciones del movimiento intestinal
Los trastornos del movimiento intestinal provocados por hipersensibilidad neurológica o muscular pueden causar el síndrome del intestino irritable.
Cambios en la flora intestinal
El crecimiento exagerado de bacterias en el intestino delgado y otras alteraciones de la flora intestinal pueden estar relacionadas con el surgimiento del SII.
Emocional
Como el intestino es similar a un segundo cerebro con su propio sistema nervioso y movimientos regulados por la serotonina, la hormona relacionada con el humor, los problemas emocionales desencadenan el síndrome del intestino irritable. Entre estos causantes están el estrés, la ansiedad y la depresión.
Sensibilidad a los alimentos
Las alergias, intolerancias o sensibilidades a alimentos específicos también pueden ser causales para la aparición del SII.
Síntomas del síndrome del intestino irritable
- dolores y cólicos abdominales que surgen en crisis y pueden durar días, se alivian y regresan con cierta periodicidad
- alteraciones del hábito intestinal (estreñimiento y/o diarrea) que mejoran con la evacuación o la eliminación de gases
- hinchazón y aumento del abdomen con gases y/o eructos
- ruido y percepción del movimiento intestinal
- dolor durante la evacuación con urgencia y sensación de evacuación incompleta
- aparición de moco en las heces
- náusea
- letargo
- dolor o malestar en la espalda y la vejiga
¿Adelgazar es síntoma del síndrome?
Perder peso sin explicación no suele surgir en el cuadro de SII, pero es característico de otras condiciones. Por lo tanto, consulta con tu médico para que realice los estudios pertinentes.
¿Por qué se hincha el estómago?
La hinchazón y el endurecimiento del abdomen son comunes y surgen como consecuencia de la producción y fermentación excesiva de gases.
Diagnóstico del síndrome del intestino irritable
El gastroenterólogo Guillermo Andrade explica que el diagnóstico se basa en la historia clínica y el examen físico. La observación de la presencia de síntomas de alarma característicos de otras enfermedades también es importante para descubrir la causa real del problema, como la pérdida de peso no intencional, el sangrado en las heces, antecedentes familiares de cáncer de colon u ovario, anemia, síntomas inflamatorios como fiebre, una masa palpable en el vientre o recto y ser mayor de 60 años.
El diagnóstico se basa en criterios creados en congresos oficiales que reúnen a expertos de todo el mundo, como los de Roma, Manning y Kruis, todos descritos por el Colegio Americano de Gastroenterología.
¿El síndrome del intestino irritable tiene cura?
El síndrome no tiene cura. Sin embargo, sus síntomas surgen en episodios, o sea, el paciente pasa períodos sin ninguna manifestación y otros con crisis de duración variada. Además, la molestia se puede ralentizar con los cuidados correctos.
Tratamiento del síndrome del intestino irritable
Remedios
El tratamiento medicamentoso para el síndrome del intestino irritable tiene como foco tratar de controlar el principal factor que desencadena las crisis. Por ejemplo, si es algún cuadro de orden psiquiátrico, se puede hacer uso de antidepresivos y calmantes recomendados por el médico especialista.
Sin embargo, si no se identifica el origen del problema, se indican analgésicos para controlar el dolor y la incomodidad. Los laxantes y los remedios para equilibrar el intestino también se recetan con el propósito de regular el hábito intestinal, así como la ingesta de suplementos de fibra y probióticos.
Terapia y actividades relajantes
Las actividades físicas (especialmente las aeróbicas y relajantes), la psicoterapia, la meditación, la acupuntura y los masajes apuntan a controlar el nerviosismo y también son útiles si la enfermedad es consecuencia de problemas emocionales.
Dieta
Algunos alimentos pueden desencadenar crisis y empeorar los síntomas de quien tiene ese síndrome y, por lo tanto, hay que tener cautela con la alimentación. Según el especialista Guillermo Andrade, seguir las dietas de moda es peligroso, especialmente para quien posee síndrome del intestino irritable, y solo un médico podrá indicar el régimen más adecuado.
Dieta FODMAP
Una de las más comunes es la dieta FODMAP para el síndrome del intestino irritable, cuyo nombre traducido significa ‘oligosacáridos, monosacáridos, disacáridos y poliois fermentables’, que no son más que carbohidratos de difícil absorción y rápida fermentación. Estas características empeoran las molestias del SII.
La dieta comienza con la exclusión de los alimentos ricos en FODMAP, como el maíz, la col, el guisante, el ajo, las galletas de centeno y trigo, los frijoles, la leche, el yogur y el melocotón, entre otros. Después de algunas semanas, se reintroducen los alimentos en forma gradual para identificar los desencadenantes que conducen a las crisis. Todo el proceso es orientado por un nutricionista o gastroenterólogo.
¿Qué no se debe comer?
El gastroenterólogo Guillermo Andrade también explica que la relación con los alimentos desencadenantes es individual, es decir, una comida puede hacer mal a una persona y a otra no. Sin embargo, hay ciertos alimentos que, en general, no son bien aceptados por los portadores de SII, como los siguientes.
- té, mate, té negro, café y bebidas cola
- leche y sus derivados
- jugos de frutas industrializados, refrescos y alcohol
- pasteles, chocolates, mermelada y miel
- margarina, mantequilla y mayonesa
- algunas frutas: melón, melocotón, ciruela, cereza, aguacate y mandarina
- frutas secas
- cereales como el trigo y el centeno
- ajo, cebolla y puerro en exceso
- repollo, coliflor, brócoli, alcachofa, setas y espárragos
- leguminosas como frijoles, soja, guisantes y lentejas
- alimentos grasos, fritos y embutidos
- oleaginosas como nueces, aguacate, coco y maní
- derivados del azúcar presentes en los alimentos industrializados, como el sorbitol y el manitol
Qué comer
- tés claros como el de manzanilla
- agua de coco y jugos de frutas naturales (principalmente los de guayaba o manzana)
- edulcorante
- gelatina diet
- frutos hervidos o al horno sin azúcar
- frutas crudas y sin cáscara: plátano, manzana y pera
- gelatina, sagu y tapioca
- legumbres cocidas o refritas como la papa, la zanahoria, la mandioca y la calabaza
- panes o galletas saladas no integrales en cantidades medianas
- carnes magras
- clara de huevo
- arroz, macarrones y avena
Cuidados generales con la alimentación
- Crear y mantener un diario de alimentación para identificar la influencia de cada comida.
- Fraccionar la alimentación, dividiéndola en 5 o 6 comidas por día y en pequeñas cantidades.
- Alternar alimentos para evitar deficiencias o excesos de nutrientes.
- Hacer las comidas en ambientes tranquilos y sin prisa, masticando bien.
- Tomar al menos dos litros de agua al día, ya que ayuda en el funcionamiento del intestino.
- Evitar alimentos fritos, grasosos o muy condimentados.
Con información de: https://www.vix.com/