El mundo científico busca combatir el Zika
25 de febrero de 2016.- Estudiar a embarazadas, alterar genéticamente a los mosquitos transmisores y publicar de manera rápida accesible avances contra el zika, algunas de las estrategias.
Hasta hace unos meses se prestaba poca atención al virus del Zika; hoy es el centro de una emergencia de salud mundial y ha puesto en evidencia las deficiencias en la infraestructura e investigación para afrontar epidemias, incluso a nivel mundial.
“Ha sido una sorpresa para todo el mundo. Desde comienzos de agosto del 2015 se ha informado de más de 1,400 posibles casos. Y es probable que la temporada del zika comience de nuevo: la estación de lluvias trae agua y los mosquitos ponen sus huevos allí donde encuentre una mínima porción. No disponemos de una vacuna o tratamiento y tenemos muy poca información inmunológica”, dijo la profesora Laura Rodrigues, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Por ello, científicos de todo el mundo estudian con urgencia el virus.
Estudio en embarazadas
La doctora Laura Rodrigues lidera un proyecto de colaboración entre la Escuela de Londres y Brasil en el desarrollo de tres estudios. El primero hace mediciones detalladas de los recién nacidos con microcefalia, comparándolos con un grupo de control, para entender cabalmente las causas de su estado. El segundo estudio monitoriza a las embarazadas infectadas con el zika para evaluar el riesgo de microcefalia en cada fase del embarazo. El tercero examina a los propios bebés para ver cómo evolucionan.
Este estudio representa un reto especial, pues normalmente las mujeres embarazadas o las que planean quedar embarazadas han sido tradicionalmente excluidas de los ensayos clínicos por los riesgos para el bebé y porque su cuerpo en ese momento funciona de un modo diferente al de otras mujeres. Esto significa que, en caso de emergencia, se sabe muy poco de los fármacos o las vacunas que pueden utilizarse sin riesgo en dichas mujeres.
Hoy su participación es necesaria y “lo que necesita justificarse sería su exclusión”, dijo la doctora Annette Rid, profesora del King’s College de Londres.
Los científicos tratan también de descomponer el zika en un nivel molecular y descubrir qué otros efectos podría tener. Es posible, por ejemplo, que entre ellos se encuentre el síndrome Guillain–Barré, una enfermedad provocada por daños en el sistema nervioso. Los científicos estudian asimismo el patrón de transmisión del zika (principalmente a través del mosquito Aedes), trazan un mapa de su expansión geográfica e investigan si una infección anterior te hace inmune (lo que podría implicar la eficacia de una vacuna).
Investigación mexicana
Por su parte, investigadores de la Red Mexicana de Virología diseñan una estrategia para la detección del virus del Zika. Presentaron al Conacyt un proyecto para trabajar en el diseño de nuevos y rápidos métodos diagnósticos que faciliten la detección del zika durante la fase aguda de la infección, así como para la detección de anticuerpos circulantes en la sangre de pacientes, como evidencia de una infección previa. Esto porque en México no existe ningún estudio previo a la detección de este virus.
“Queremos ver cómo evoluciona el virus en su paso por el país y su distribución hacia el norte para diseñar y desarrollar métodos diagnósticos que sean lo suficientemente sensibles para detectar la presencia del virus en diferentes estadíos de la enfermedad.
“También estamos interesados en un método para detectar anticuerpos específicos contra el virus que nos den información sobre la ocurrencia de infecciones pasadas, lo cual es de mucho valor para saber si una mujer embarazada pudo infectarse con el virus sin haber sido diagnosticada en su momento”, dijo Carlos Arias Ortiz, del Instituto de Biotecnología de la UNAM.
Convertir al mosquito en inofensivos machos
Otro artículo publicado en la revista Trends in Parasitology explica que una estrategia efectiva y barata consistiría en manejar los genes de la virilidad con el sistema CRISP-Cas9, unas tijeras moleculares que permitirían, incluso en mosquitos, introducir de manera fácil y precisa mutaciones en cualquier lugar genómico de interés.
Es decir, se propone controlar a las hembras, responsables de las picaduras, con la herramienta de edición del genoma CRISP-Cas9 al reasignarles el sexo para convertirlas en inofensivos machos.
“Al combinar estrategias de manejo de genes con la reasignación del sexo, los machos liberados podrían dar lugar a una oleada de generaciones de sólo machos, lo que permitiría la eliminación definitiva del vector y, por tanto, el fin de la propagación de agentes causantes de enfermedades”, dijo Zach Adelman, autor principal del trabajo a la agencia Sinc.
Aunque los científicos ya están probando estas técnicas, Adelman confiesa que aún se necesitan más experimentos en laboratorio antes de aplicar estos sistemas y saber cuánto tiempo se tardaría en tener una población inofensiva de mosquitos. Además, las preocupaciones éticas y de seguridad que generan estas prácticas (como la liberación accidental de hembras durante las pruebas), se unen a otras dudas. Los científicos aún no tienen claro cómo el gen Nix controla la determinación sexual en los mosquitos y si estos factores genéticos se conservan entre especies que transmiten diferentes enfermedades. Además, la efectividad y estabilidad a largo plazo del sistema CRISPR-Cas9 en los mosquitos siguen siendo desconocidas.
La comunidad científica comparte información
Organizaciones como la Fundación Bill y Melinda Gates, Médicos sin Fronteras, el Instituto Nacional de Salud de EU y Wellcome Trust, junto con las principales revistas académicas como Nature, Science y el New England Journal of Medicine, firmaron una declaratoria conjunta con la esperanza de que otras instituciones se unan a esta campaña, que tiene por objeto garantizar que cualquier información que pueda tener un valor en la lucha contra el brote del zika se ponga a disposición de la comunidad internacional, de forma gratuita, tan pronto como sea viable y posible.
Nelly Toche