- Una investigación de ese organismo señala que un incremento sustancial del salario mínimo favorecería el desarrollo económico de todo el país; no sólo de las personas más pobres, sino de todas las clases sociales.
De acuerdo con el Programa Institucional 2021-2024 de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), la meta es elevar el ingreso mínimo permitido a 189.04 pesos diarios al final del sexenio (a precios actuales). Actualmente el monto es de 141.70 pesos y al inicio de esta administración era de 88.36 pesos. Es decir, pasaría de un poco más 2,600 pesos mensuales en 2018 a más de 5,700 pesos por mes en 2024.
En junio pasado el 60% de las personas trabajadoras ganaba hasta dos salarios mínimos, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Una cuarta parte de quienes generan ingresos laborales, o sea, más de 13.7 millones de personas, no gana más de uno.
Más del 90% de esas 13 millones de personas en realidad recibe menos de un salario mínimo, señala en entrevista el economista Andrés Peñaloza Méndez. “Esto habla de la ilegalidad que caracteriza a una gran parte del mercado laboral mexicano, en el que las autoridades tienen mucho que hacer”, comenta el expresidente de la Conasami.
Elevar, de manera gradual los salarios mínimos, en lo cual “se centra hasta el presente la política socioeconómica del actual gobierno, es una buena forma de iniciar la reorientación del desarrollo económico de México” con justicia social que requiere otras políticas redistributivas”, apunta el informe de la Cepal.
Dos escenarios positivos
Los investigadores Ricardo Bielschowsky, Miguel del Castillo, Gabriel Squeff, Roberto Orozco y Hugo Beteta realizaron dos simulaciones para saber cómo impactaría en México el aumento del salario mínimo en el PIB, el empleo, la inflación y las importaciones intermedias.
El resultado de las dos proyecciones fue que el PIB y el empleo incrementarían notoriamente. Si se duplica el salario mínimo de todas las personas que laboran para empresas privadas, el PIB crecería 2% y se crearían 2.1% más plazas.
En cambio, si a este incremento salarial se incluye también a quienes trabajan para el Estado, empresas independientes, personales o familiares y a las trabajadoras del hogar, el PIB tendría un aumento de 4% y habría hasta 4.4% más empleos.
Ambas simulaciones tendrían “un efecto relativamente pequeño” en el incremento de los precios de los productos y en las importaciones, pero esto sería “notablemente inferior al modelo vigente de las últimas décadas”.
La estrategia neoliberal ha logrado una fuerte expansión de las exportaciones, sobre todo en la maquila, dice el reporte. Pero “no ha permitido la dinamización significativa de la actividad económica, de la inversión, del empleo y de la productividad”.
Como prueba, con el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) las brechas se agravaron, sostiene la Cepal. Con la política económica de las anteriores administraciones “no han ocurrido mejoras significativas en términos de los ingresos de los trabajadores” y la pobreza no se ha revertido”. Es suma, agrega, el modelo neoliberal fracasó.
Hay margen para aumentar
El análisis muestra que una forma para lograr el crecimiento del país sería redistribuyendo el ingreso. Hacerlo fomentaría el mercado interno de consumo en sectores que “han estado deprimidos”. Es decir, la venta de ropa, aparatos eléctricos, muebles, libros, revistas y equipo de cómputo, entre otros.
En la medida en que las familias de menores salarios aumenten su ingreso, podrán consumir como “las clases medias”, es decir, comprar más tecnologías de punta y artículos importados.
Aumentar los ingresos no sólo debe interesar “a los más pobres: toda la economía se beneficiará del impulso generado por la duplicación en el salario mínimo”.
“Hemos aumentado el salario mínimo como nunca en 30, 40 años”, señaló el presidente López Obrador hace unos días conferencia de prensa diaria. Pero este incremento apenas significa poder comprar dos kilos más de tortillas, agregó.
“Claro, ya no se viene cayendo, ya esté levantando, pero, imagínense, en términos reales casi ha aumentado el 50% (…) el salario perdió muchísimo, y todas las prestaciones” desde 1970.
Andrés Peñaloza, de la organización Bia’lii, Asesoría e Investigación, dice que incluso el monto de 171 pesos al día que se contemplaba al inicio de la presente administración “era conservador bajo al margen del mandato constitucional”. Para el economista, la Conasami “malinterpreta lo que señala la Constitución”, la cual indica que el salario mínimo debe alcanzar para cubrir las necesidades de la persona trabajadora y su familia, que en México está integrada por cuatro personas, en promedio.
Pero con los más de 5,700 pesos mensuales que se espera lograr con la meta para el 2024, todavía se necesita unir el ingreso de otra persona para que cubra a la familia completa, explica. “La Constitución no habla de dos proveedores, sino que una pueda sustentar su núcleo familiar”.
El exprsidente de la Conasami opina que el incremento al salario mínimo debe ser por lo menos 30% superior a lo que está planteando el gobierno federal. “Y es factible hacerlo, sobre todo cuando la economía crecerá más 6%, según diversas fuentes”.
Es necesario seguir con línea con la que inició este gobierno, dice, repetir lo logrado en las dos primeras fijaciones, con un incremento de seis veces por encima de la inflación, pues en esta tercera “hubo una regresión”.
Con información de: https://www.eleconomista.com.mx/