- Las hepatitis víricas B y C afectan a 325 millones de personas en todo el mundo y causan 1,4 millones de muertes al año
Cada 28 de julio se celebra en todo el mundo el Día Mundial contra la Hepatitis con la finalidad de generar conciencia sobre esta enfermedad.
En este 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a todos los países y asociados a promover el tema “Invertir en la eliminación de las hepatitis”.
¿Qué es la hepatitis?
Es la inflamación del hígado que podría evolucionar hacia una fibrosis, cirrosis o cáncer en este órgano. Sus causas pueden ser infecciosas, como las hepatitis virales, o no infecciosas, que se dan por el consumo de bebidas alcohólicas, obesidad, enfermedades autoinmunes, fármacos, reacciones alérgicas, entre otros.
¿Cuántos tipos de hepatitis existen?
Tipo A
Las principales formas de transmisión son: por contacto con heces fecales de un enfermo, de persona a persona, así como por beber o comer alimentos contaminados.
El virus puede encontrarse en las heces de los enfermos hasta 5 días antes de que aparezcan los primeros síntomas y hasta 2 semanas después de que los ojos y la piel se pongan amarillos (ictericia).
Sintomas
El periodo de incubación de la hepatitis A suele ser de unos 14–28 días. Aunque los síntomas no son exclusivos de la hepatitis A, se presentan:
• Debilidad
• Náuseas
• Vómito
• Anorexia
• Fiebre
• Molestias abdominales
• Dolor en la parte superior derecha del abdomen
• Color amarillo en piel y ojos
• Diarrea
Diagnóstico
El diagnóstico se hace con un examen de sangre para detectar anticuerpos contra hepatitis A, llamados inmonuglobulinas (IgM).
Prevención
La mejora del saneamiento y la higiene de los alimentos y la vacunación son las medidas más eficaces para combatir la hepatitis A.
Tipo B
Es una infección hepática potencialmente mortal causada por el virus de la hepatitis B (VHB). El virus se transmite por contacto con la sangre u otros líquidos corporales de una persona infectada. La hepatitis B puede transmitirse igualmente por vía sexual. Es una de las principales causas de cirrosis y cáncer de hígado.
Se puede prevenir vacunándose.
Tiene dos fases, una aguda y una crónica. La mayor parte de los afectados no experimentan síntomas durante la fase aguda, aunque algunas personas pueden presentar coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, fatiga extrema, náusea, vómitos y dolor abdominal.
La infección crónica por el virus de la hepatitis B puede tratarse con fármacos, en particular agentes antivirales orales.
Prevención
La vacuna contra la hepatitis B es el principal pilar de la prevención de esta enfermedad.
Tipo C
Causa infección aguda y crónica. Por lo general, la infección aguda es asintomática y muy raramente se asocia a una enfermedad potencialmente mortal. Aproximadamente un 15-45% de las personas infectadas elimina el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de tratamiento alguno. El 55-85% restante desarrollará infección crónica.
El virus de la hepatitis C (VHC) se transmite por contacto con sangre infectada. Generalmente se transmite:
- Transfusión de sangre y otros productos sanguíneos infectados por el VHC
- Por inyecciones contaminadas durante procedimientos médicos y por compartir las agujas y jeringas entre consumidores de drogas inyectables.
- Es posible la transmisión sexual y pasar de la madre infectada a su hijo, aunque estas formas de transmisión son menos frecuentes.
Síntomas
El período de incubación de la hepatitis C puede variar de dos semanas a seis meses. Tras la infección inicial, aproximadamente un 80% de los casos no presentan síntomas. Aquellos con sintomatología aguda pueden presentar fiebre, cansancio, inapetencia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
Diagnóstico
La infección con el VHC se diagnostica en dos etapas:
- La detección de anticuerpos anti-VHC.
- Si los anticuerpos anti-VHC son positivos, para confirmar la infección crónica se necesita una prueba que detecte el ácido ribonucleico (RNA) del virus.
Además, se debería realizar una prueba de laboratorio para identificar el genotipo del virus. Hay seis genotipos del VHC, y su respuesta al tratamiento es diferente.
Tipo D
Esta enfermedad ocurre exclusivamente en personas infectadas por el VHB. La doble infección por el VHD y el VHB puede provocar enfermedad más grave y elevado riesgo de cirrosis y cáncer hepático.
A causa de la hepatitis D, la cirrosis avanza más rápido, se incrementa el riesgo de carcinoma hepatocelular y ocurren descompensaciones más tempranas en quienes ya tienen cirrosis.
Las vías de transmisión son similares a las de la hepatitis B, que incluye la exposición a sangre y líquidos corporales, agujas, jeringas y hemoderivados contaminados, así como transmisión sexual.
Tipo E
Se considera como una enfermedad aguda, asociada a viajes y pocas veces lleva a la muerte.
Síntomas
Los signos y síntomas característicos de la hepatitis son:
- Ictericia (coloración amarillenta de la piel y ojos, orina oscura y heces pálidas)
- Pérdida de apetito
- Aumento en el tamaño del hígado (hepatomegalia) y con dolor a la palpación
- Dolor abdominal
- Náuseas y vómitos
- Fiebre
La hepatitis E se auto limita. En pacientes con trasplante de órganos, puede causar infecciones crónicas. Las mujeres embarazadas tienen más riesgo de padecer hepatitis E fulminante.
Diagnóstico
Los casos de hepatitis E no se pueden distinguir clínicamente de otros tipos de hepatitis víricas agudas. Por consiguiente, el diagnóstico de la infección por el virus de la hepatitis E suele basarse en la detección en la sangre de anticuerpos IgM e IgG específicos contra este virus.
Factores de riesgo
Es una enfermedad transmitida por el agua, de ahí que haya habido brotes importantes atribuidos a alimentos o agua contaminados. La ingestión de marisco crudo o poco cocido es otra vía de infección en algunos casos esporádicos registrados en zonas endémicas.
Los factores de riesgo de la hepatitis E están relacionados con las deficiencias de los sistemas de saneamiento y con la diseminación del virus causante a través de las heces.
Estadísticas
Las hepatitis víricas B y C afectan a 325 millones de personas en todo el mundo y causan 1,4 millones de muertes al año.
Son la segunda enfermedad infecciosa más mortífera después de la tuberculosis, y hay 9 veces más personas infectadas por los virus de la hepatitis B y C (VHB y VHC) que por el VIH.
Las hepatitis víricas se pueden prevenir, tratar y, en el caso de la hepatitis C, curar. Sin embargo, más del 80% de las personas con hepatitis carecen de servicios de prevención, detección y tratamiento.
Con información de: IMSS, OMS, https://heraldodemexico.com.mx/