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Destacan la importancia de los objetos de la diversidad agrícola en la vida cotidiana

Ciudad de México, 18 de abril del 2024.- La exposición Vida cotidiana, la importancia de la agrobiodiversidad mexicana, que se inaugurará hoy a las 12 horas en el foro Dahlia del Jardín Botánico del Instituto de Biología (IB) de la Universidad Nacional Autónoma de México, muestra aquellos objetos que en algún momento resolvieron el día a día de las personas y que ahora se aprecian como artesanías o artículos decorativos.

En un recorrido guiado a La Jornada por las más de 400 piezas de la muestra, destacan un shirgo de Ixtle, un capote elaborado con las hojas de una especie llamada Yucca filifera; un suadero mular, especie de protector para los animales de carga y un cajón mielero, contenedor muy diferente a las colmenas tradicionales actuales.

También se exhibe un despulpador de café, equipales, las sillas de los emperadores indígenas –mostradas en códices prehispánicos como el Florentino y el Cruz Badiano– y trampas de pescadores con formas ingeniosas.

Linda Balcázar Sol, coordinadora de exposiciones en el Jardín Botánico del IB de la UNAM, aseguró que el propósito es romper con la idea de que la agrobiodiversidad es chile, maíz, frijol, y calabaza. Sí, la milpa juega un papel importantísimo, pero hay mucho más, porque de la diversidad agrícola nos vestimos, comemos, elaboramos utensilios, creamos herramientas y nos curamos.

En Vida Cotidiana…, donde participan nueve jardines botánicos del país, la Asociación Mexicana de Jardines Botánicos, la Asociación Etnobiológica Mexicana y Amigos del Jardín Botánico, hay una sección dedicada a la joyería en la que destacan los collares de flores naturales que despiden olor a miel y los elaborados con palma tejida de forma compleja, así como una colección de aretes con granos de las diferentes variedades de maíz.

También hay cestería elaborada con plantas diferentes, como carrizo y Dasylirium Sereke,que es difícil de trabajar. Resaltan los huipiles elaborados con algodones silvestres o teñidos con tintes naturales, una muestra de semillas de calabazas y una colección de plantas medicinales.

Balcázar Sol dijo que aunque pareciera que la muestra no tiene que ver con el cuidado y conservación del entorno, en realidad nos permite reflexionar sobre el aprovechamiento de los recursos naturales y observar cómo los pueblos los han utilizado para fabricar una gran variedad de productos, que van desde un saco para guardar café hasta una falda fina tejida.

La bióloga mencionó que con la llegada de la industrialización, mucho de los árboles, plantas, palmas o semillas a partir de los cuales se elaboraban estos artículos se han perdido, y de ahí viene su relevancia porque quienes nos visiten podrán ver elementos que sería imposible observar en otro contexto, incluso si viviéramos en las propias comunidades de donde son originarios.

Agregó que el montaje permite hacer una reflexión en torno a cómo “el uso de los elementos de la naturaleza de cada región evita la industrialización, la contaminación de los ríos y los plásticos excesivos.

La coordinadora del foro Dahlia estima que venir a la muestra es establecer una conexión con la naturaleza

La exhibición se montó con la participación del etnobotánico Leonardo Beltrán Rodríguez y Salma Gómez Ibarra, del área educativa del Instituto de Biología.

Con información de: https://www.jornada.com.mx/

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