Descubrió el INAH una escultura de una figura humana de tamaño natural en la ruta del Tren Maya
Ciudad de México, 09 de diciembre del 2022.- La investigación arqueológica que se realiza de manera paralela al proyecto del Tren Maya, en el sureste mexicano, es la más amplia que se haya llevado a cabo en esa área de México y Mesoamérica en toda la historia, aseveró Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Al presentar el avance de los trabajos que el instituto realiza en los siete tramos de la ruta del proyecto ferroviario, el funcionario dijo que los estudios “impactarán sin duda el estudio de las culturas mayas del pasado y del presente a lo largo de muchos años”, pues se cuenta ya con información que nutrirá el conocimiento de esa civilización por lo menos en las próximas dos décadas.
Uno de los hallazgos relevantes de días recientes, refirió, ocurrió el 23 de noviembre pasado. Se trata de una escultura de piedra caliza localizada en la zona arqueológica Oxkintok, en Yucatán, de tamaño natural. “El personaje labrado en piedra caliza que se está recuperando mediría aproximadamente un metro con 68 centímetros. Es una figura humana decapitada, lo que representa seguramente a un guerrero que fue prisionero en combate”.
En la conferencia matutina y ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, Prieto detalló que en esta labor participan 950 especialistas, de los cuales 50 son personal del INAH y alrededor de 900 son profesionistas contratados específicamente para este proceso de investigación.
Entre quienes trabajan en la zona hay más de 450 arqueólogos y otros especialistas en antropología física, etnología, biología, historia, medio ambiente, topógrafos, droneros y restauradores de bienes culturales.
La exposición de Prieto en esta ocasión se basó sobre todo en los trabajos arqueológicos que se realizan en el tramo siete del Tren Maya, que abarca los más de 254 kilómetros de Chetumal, Quintana Roo, a Escárcega, Campeche.
El titular del instituto presentó un video en el que se dio cuenta que la región es conocida como Selva Maya, y se trata de uno de los sistemas ecológicos de mayor importancia en el mundo, considerado el bosque tropical más inmenso de México y el segundo de América, y donde se erige la zona arqueológica de Calakmul, que es patrimonio de la humanidad.
“Aquí, las gruesas formaciones de rocas de carbonato que se asocian al paisaje de la península de Yucatán, así como la escasez de fuentes superficiales de agua, propiciaron la configuración de una selva mediana con gran diversidad de flora y fauna combinada con una larga historia de ocupación humana que se remonta, al menos, a cuatro siglos antes de nuestra era, razón por la cual podemos afirmar que la totalidad de la superficie de la actual reserva de la biosfera de Calakmul responde a un paisaje intervenido de manera virtuosa por los antiguos mayas”, se informó.
En las 700 mil hectáreas de esta selva se alzan 300 sitios arqueológicos que hablan de un mecanismo de subsistencia basado en el desarrollo de la milpa maya y el aprovisionamiento hídrico mediante aguas artificiales para conducir y almacenar lluvia.
Asimismo, en los trabajos de prospección arqueológica, en el derecho de vía del tramo 7 del Tren Maya, se han detectado hasta el momento más de mil 730 construcciones prehispánicas que van desde sencilla arquitectura doméstica hasta construcciones monumentales para actividades civiles y ceremoniales, algunas con arquitectura en pie. Destaca el hallazgo de edificios con decoración en fachada, erigidos entre los siglos VIII y IX de nuestra era, cuando el poder de Calakmul comenzaba a decaer.
“Hemos documentado complejos sistemas habitacionales con camellones y muros residenciales que reflejan una compleja organización urbana. Esto, para entender la vida cotidiana y las estrategias de subsistencia de la sociedad maya. Los trabajos ayudarán a comprender la manera de pensar y de actuar de los antiguos mayas.”
El director general del INAH agregó que como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas, en los cinco estados por los que transitará el ferrocarril se beneficiará a 26 sitios arqueológicos, unos ya abiertos al público y dos a los que se tendrá acceso gracias a estos trabajos. Uno está en Chiapas, otro en Tabasco, 10 en Yucatán, 10 más en Quintana Roo y cuatro en Campeche.