De Colón a Octavio Paz: reflexiones del 12 de octubre | Por: L. D. Luis Galdós Sánchez
De acuerdo con la historia, el 12 de octubre enmarca un antes y un después en la humanidad, con la llegada de Cristóbal Colón a tierras desconocidas en 1492. Lo que pareció ser una nueva ruta a la India, se convirtió en el avance histórico y cultural más importante del ser humano desde la creación de los diversos imperios que dieron vida a los reinos que dominaban el planeta en el siglo XV. Lo que vino posterior a este hecho, sin duda trajo consigo el desarrollo del mercantilismo y el fin de la Edad Media, sin dejar a un lado el crecimiento exponencial que tuvo la Europa de aquellos días.
En los últimos años se ha presentado un debate interesante sobre la llegada de Colón a América: ¿realmente fue un descubrimiento? ¿España es responsable de un genocidio de pueblos originarios? Las preguntas se han planteado en diversos foros sin llegar a una respuesta en concreto. Este 12 de octubre se conmemora un aniversario más del Día de la Hispanidad, tal y como lo han llamado en España, donde se conmemora el mestizaje y la mezcla de dos hemisferios completamente distintos, pero que, con el paso del tiempo, dio vida a las nuevas culturas que hasta la actualidad persisten. Del lado de los americanos se argumenta que España es responsable de la desaparición y muerte de millones de nativos que habitaban el entonces “Nuevo Mundo”, mientras que los españoles niegan dichas acusaciones y resaltan el avance cultural y tecnológico que se aportó en su época.
Resulta ser un tema complejo: claramente, ambas posturas podrían resultar ser correctas, sobre todo si toma en consideración la serie de violaciones de los derechos humanos de los pueblos originarios cometidas por parte de los conquistadores, sin embargo, tampoco se puede renegar este hecho histórico, ya que caeríamos en un rechazo a nuestra propia esencia. El premio Nobel de Literatura Octavio Paz, en su conocida obra “El Laberinto de la Soledad”, no solamente hace un análisis de la cultura y el desarrollo del mexicano, sino que invita a la reflexión sobre lo que somos y cómo es que nos formamos como mexicanos. El llamado “día de la Raza” debe ser tomado como el inicio de un choque de culturas que hoy nos hacen ser quienes somos, con nuestras virtudes y defectos.
El debate se ha vuelto más álgido con la aparición de nuevas corrientes del pensamiento en la sociedad, ya que hace unos días, el gobierno de la Ciudad de México retiró de Paseo de la Reforma la estatua de Colón, con el argumento de que esta requería de asistencia del INAH para su restauración. Ocurre esto coincidentemente antes del 12 de octubre, donde varios grupos de personas han manifestado su descontento o aprobación sobre el retiro de dicha estatua. Los monumentos han sido un reflejo de la cultura y el arte de cada sociedad, piezas de bronce o mármol que emulan a estos personajes históricos y que nos recuerdan nuestra historia, aunque sus acciones no sean consideradas las mejores.
Acciones similares ocurrieron en los pasados meses con la retirada de diversos monumentos en Estados Unidos y Gran Bretaña, los cuales además de ser personajes de la historia de dichos países, resultaron ser esclavistas en su época, y a fin de conmemorar a las víctimas de la esclavitud, su retirada de las plazas públicas significó una victoria histórica de las minorías. Sin embargo, el tema con nuestro país puede resultar un poco contradictorio. Es cierto, la España que llegó y derrotó a los mexicas impusieron por la fuerza a la religión y al Estado (que para este caso ambos eran los mismo), sometió a los indígenas y generó la muerte de millones de ellos. Pero también existieron defensores de la cultura prehispánica, como Fray Bernardino de Sahagún, quien con otras órdenes religiosas rescataron el acervo cultural mexica y otras culturas.
Somos quienes somos gracias a ese mestizaje, sin olvidar el origen de cada uno de nuestros pueblos indígenas. Más que conmemorar el 12 de octubre como “el día de la raza”, se debe reflexionar sobre cómo hemos progresado socialmente con base en ese hecho histórico, sin caer en subjetividades y aceptar los errores cometidos por nuestros antepasados. Esto implica dos cosas: primero, reconocernos producto de dicho mestizaje y segundo, evitar a toda costa actos de racismo o clasismo, sobre todo en esta época en la que los extremos se observan en las clases sociales. El 12 de octubre va más allá del retiro de monumentos históricos, más bien debe significar el retiro de prejuicios y absurdas creencias que seguimos acarreando 528 años después de la llegada de Colón, a fin de lograr vivir realmente en una América libre y soberana.