Teotihuacán, México,30 de junio del 2024.- Llamamos cultura teotihuacana a la expresión material producida por una sociedad que se desarrolló en el Valle de Teotihuacán, centro de México, entre el año 100 antes de nuestra era y el 600 de nuestra era. Durante casi siete siglos, los teotihuacanos transformaron el medio ambiente para construir una de las ciudades más complejas del mundo antiguo, desde donde partían caravanas de comerciantes y viajeros hacia todos los confines de Mesoamérica, llevando y trayendo mercancías, conocimientos, información y materias primas, entre muchas otras cosas.
La ubicación estratégica de la ciudad, permitió que los teotihuacanos contaran con recursos naturales y corredores geográficos suficientes para expandirse y entrar en contacto con otras sociedades de su tiempo, como los zapotecas y los mayas, con quienes compartieron una cosmovisión en la que los dioses del agua y la tierra fueron particularmente importantes. Además, controlaron los yacimientos de obsidiana cercanos a la ciudad, como los que se encuentran en las inmediaciones de Otumba y en la Sierra de las Navajas ( en el actual estado de Hidalgo), con lo que lograron controlar el intercambio de objetos vitales para la vida diaria, como los cuchillos, las navajas y las herramientas punzo-cortantes que eran utilizadas en viviendas y talleres artesanales. De esta forma consolidaron un poder hegemónico que duró más de quinientos años.
A ciencia cierta, se desconoce si Teotihuacán controló de primera mano una extensión territorial —suponiendo que se manejó un modelo de ciudad-estado imperialista—; sin embargo, es bien sabido que su influencia cultural, religiosa e ideológica se dejó sentir por todos los rumbos de Mesoamérica, como muestran los descubrimientos en ciudades como Tikal (Guatemala) y Monte Albán (Oaxaca), entre otros sitios que tuvieron una importante relación con los teotihuacanos. El declive de la ciudad ocurrió entre el 600 y el 650 d. C., en un contexto marcado por inestabilidad política, conflictos y revoluciones sociales internas y cambios climatológicos que causaron un colapso casi total en el Norte de Mesoamérica. La mayor parte de la población de la ciudad se dispersó por diversas localidades en la cuenca de México.
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