Cuesta de enero, periodo de auge para estafar con créditos
Ciudad de México, 30 de diciembre del 2022.- Entrampados en deudas sobre deudas, mexicanos hacen uso de préstamos con financieras no autorizadas o sin licencia, las cuales ofrecen créditos conocidos como “milagro” o “patito”, mismos que destacan por tener altas tasas de intereses a plazos que superan los 3 años, pero que enganchan a usuarios porque ofrecen “no revisar el Buró de Crédito”.
Estos negocios sin regulación pueden provocar que un préstamo de 10 mil pesos, en caso de que sea otorgado, se convierta en una deuda de 50 mil pesos, ya que llegan a cobrar intereses hasta de 500 por ciento. Como resultado, pueden provocar que una persona se quede sin recursos de un día para otro, o que un crédito, de inicio programado a pagarse en 12 meses, atrape a una persona hasta por cinco años con el mismo nivel de cuotas.
Las fiestas decembrinas y la conocida “cuesta de enero” generan una de las temporadas más propensas para que, quienes buscan resolver sus problemas financieros de la forma más rápida posible, terminen defraudados o con saldos que superan su presupuesto inicial al solicitar préstamos con financieras no reguladas.
Esos negocios se anuncian por medio de folletos que son repartidos afuera de lugares altamente concurridos, tales como estaciones del Metro, plazas comerciales, hospitales y corredores turísticos.
Para quienes logran adquirir el crédito la deuda se vuelve un dolor de cabeza, pero hay quienes resultan estafados: sin crédito y sin sus últimos recursos por pagar “una garantía” para el préstamo.
Estas empresas son diferentes a las llamadas “montadeudas” –aplicaciones de préstamos de bajos montos que extorsionaban a personas y amenazaban de muerte, cuya operación fue divulgada ampliamente a mediados del año pasado–, son firmas que están a la luz del día y que prometen “ayudarte a salir del apuro”, pero que meten a las personas en uno más grande.
Suelen decir que operan bajo la figura de sociedad financiera de objeto múltiple (Sofomes) no regulada y ofrecen, en su mayoría, créditos que son descontados de la nómina; sin embargo, la gran mayoría de estas supuestas financieras no están registradas ante ninguna autoridad financiera.
El método
La forma más tradicional en que operan este tipo de financieras no reguladas es por medio de los volantes que se reparten a las afueras de los centros concurridos por personas de ingresos medios o bajos.
“Te prestamos hasta un millón de pesos, en 48 horas, sin revisar Buró de Crédito”, se lee en un folleto de “Financiera Sálvame”, que reparte estos panfletos a las afueras de la estación del Metro Chilpancingo. Ofrece montos que van desde los 5 mil hasta el millón de pesos, y supuestamente, el monto a liquidar, en el primer caso, es 7 mil pesos y en el segundo un millón 500 mil pesos.
“Que la cuesta no te cueste… Hasta 100 mil pesos sin revisión de Buró… Solicitamos INE, comprobante de domicilio y recibo de nómina”, se anuncia en la parte frontal del folleto de “Crédito 2000”, que se distribuye a las afueras de Parque Tezontle.
En ambos casos, en la parte posterior del anuncio se detalla que los créditos son a tasa variable, desde 20 hasta 400 por ciento, según “el riesgo de cada cliente”, y que los montos a saldar en su totalidad deben cubrirse en un lapso de 15 días después de otorgar el préstamo.
También ofrecen dos tipos de atención: acudir a una oficina ubicada a espaldas del World Trade Center de la Ciudad de México o hacer un trámite telefónico y por medio de un correo electrónico enviar todos los documentos.
En varios andenes de la línea 9 del Metro se lee: “Resolvemos tu deuda… Préstamos desde 5 mil pesos en 2 horas…”, es el anuncio de “Financiera 9 Ríos”, misma que ofrece préstamos con una tasa fija de 347 por ciento.
En el trato con este tipo de negocios se han registrado casos de cobradores que visitan los hogares de deudores para amedrentan o incluso tomar algunas pertenencias como “embargo”. Si las personas llegan a acuerdos, suelen extender el plazo del préstamo con un interés más elevado.
Otro caso recurrente con este tipo de firmas apócrifas es que solicitan a las personas entre mil y 5 mil pesos antes de otorgar el crédito, como un mecanismo de “cobranza anticipada” o “gestión del crédito”, pero al recibir el depósito desaparecen y es cuando los solicitantes descubren que fueron defraudados.
“Cualquier persona o empresa que te pida dinero para darte dinero es un fraude, y las personas deben de tener cuidado”, ha advertido en reiteradas ocasiones el presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, Óscar Rosado Jiménez.
Deudas interminables
Santiago Estrada es un trabajador de 39 años, que hace 2 años fue despedido por la pandemia y consiguió un trabajo como mesero. Para Navidad quería obsequiar cosas a sus dos hijas y a su esposa y al salir de trabajar se atravesó con un folleto de estos, solicitó el crédito y aún no puede liquidarlo.
“Fui a las oficinas de la financiera, que estaba por el Metro Pantitlán, y me ofrecieron de buena manera un crédito de 14 mil pesos, con opción a empezar a pagar en febrero. Era diciembre y pensé que era una buena opción, según el plan de pago eran 17 mil pesos la deuda final, y la liquidaba en diciembre de este año. Sólo que no leí que la tasa era variable y podría cambiar en cualquier momento, pero firmé el contrato. Una mensualidad de 3 mil pesos, al otro mes se convirtió en una de 5 mil 750 pesos, y así, de repente no podía pagar”, dijo en entrevista.
“Hablé con ellos y me dijeron que no podían hacer nada porque yo firmé el contrato, y las mensualidades subían según la inflación. Yo de eso no entiendo, pero me dijeron que si no pagaba me iban a embargar la casa. Entonces negocie y quedaron mensualidades de 3 mil pesos a liquidar en septiembre de 2023”. Por motivos de seguridad, Santiago prefirió no dar el nombre de la financiera.
Dinora Robledo fue estafada en diciembre de este año: “Pedí un crédito que me ofrecieron en un folleto, decía que mensualidades fijas y necesitaba 26 mil pesos para liquidar mi deuda con Liverpool, entonces llamé y me dijeron que tenía que depositar 2 mil pesos a una cuenta por el concepto de recursos anticipados, pero nunca más me volvieron a llamar y era todo lo que me quedaba esa vez para la quincena. Se llamaban Créditos Guerrero y Asociados”.
Con información de: https://www.jornada.com.mx/