12 de agosto de 2016.- Las opiniones están divididas cuando se habla del momento ideal para tener descendencia. Algunas mujeres se inclinan por hacerlo durante la juventud, mientras que otras ven las edades más avanzadas con mejores posibilidades. Lo que si es cierto es que son muchos factores son importantes a la hora de edificar una familia.
Está claro que salir embarazada a los 30, o incluso a los 40, tiene sus ventajas. Es mucho más difícil hacer carrera e insertarse en el mundo profesional cuando se tienen hijos. Las estadísticas arrojan que las mujeres con hijos no solo consiguen menos trabajo, también ganan menos dinero que las competidoras que no son madres. También la madurez de la pareja ayuda a enfrentar mejor las situaciones que conlleva tener hijos, y las mujeres con más edad tienden a deprimirse menos en este escenario.
La mujer alcanza el pico de su fertilidad entre los 20 y los 30. De hecho tiene 33 % de probabilidades de salir embarazada si tiene sexo sin usar ningún método anticonceptivo durante el periodo de ovulación. Sin embargo, los estudios muestran que después de los 30 estas probabilidades descienden al 20 %. Solo un 6% de las mujeres tiene dificultades para concebir en los 20, mientras que a un 64 % de las mujeres en sus 40 le es difícil quedar embarazada.
El número de óvulos de una mujer está predeterminado desde su nacimiento. La mujer produce entre 1 y 2 millones en toda su vida. Sin embargo, después de la pubertad, los ovarios tienen la capacidad de liberar entre 300 000 y 500 000. Después de los 40 la cantidad desciende a 300, lo cuál hace el proceso mucho más difícil.
Si la cantidad es importante, igual lo es la calidad. Después de los 30 el organismo comienza a declinar y se hace más difícil mantenerlo en óptimas condiciones. Lo mismo sucede con los óvulos. Por eso las probabilidades de alteraciones en los cromosomas aumenta con la edad. Por ejemplo, las probabilidades de tener un hijo con Síndrome de Down en una embarazada en sus 20 es de 1 en 2 000, en los 30 es de 1 en 900 y en los 40 es de 1 en 100.
Y si todo lo anterior fuera poco, las chances de abortar durante los 20 se reduce a tan solo un10 %. Las complicaciones por fibrosis son mucho menores, ya que estas tienden a aparecer en edades más avanzadas. Otras complicaciones como hipertensión y diabetes gestacional son mucho menos frecuentes en las embarazadas veinteañeras.
También está comprobado que tener hijos en los 20 disminuye los riesgos de desarrollar cáncer ovárico y de seno, sin mencionar una recuperación más eficiente y un menor chance de desarrollar las indeseables estrías en la piel.
Después de dar a luz, la juventud también hace la diferencia. La mujer en los 20 tiene mucha más capacidad física para enfrentar las malas noches y continuar sus labores durante el día. También cabe mencionar que el vacío generacional con respecto a sus hijos, e incluso los nietos, es mucho menor. Este aspecto cobra mucha importancia en tiempos donde los cambios sociales y tecnológicos están ocurriendo cada vez más rápido.
Con información de: iMUJER
