México, 03 de octubre de 2016.- La deuda pública cerrará 2016 con 485 mil 500 millones de pesos más de lo esperado, al pasar de una proyección inicial de nueve billones 195 mil 700 millones a nueve billones 681 mil 200 millones de pesos, principalmente por la volatilidad del peso frente al dólar, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Dicho aumento de la deuda será pese a la disminución de 169 mil millones de pesos en las necesidades de financiamiento del sector público.
Cifras de la dependencia indican que originalmente el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, la expresión más amplia de la deuda, aumentaría 253 mil 700 millones de pesos por el tipo de cambio, pero la depreciación del peso frente al dólar disparó el alza en 762 mil 300 millones de pesos.
El incremento de la deuda también está compuesto por el reconocimiento del gobierno federal de 294 mil millones de pesos de pasivos laborales de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad.
Sector público moderó déficit
De acuerdo con Hacienda, el crecimiento del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público mayor al proyectado se explica por la “reexpresión” del tipo de cambio.
En 2016, el sector público disminuirá sus necesidades de financiamiento en 169 mil millones de pesos con respecto a lo programado, pero pese al menor endeudamiento, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), la expresión más amplia de la deuda, aumentará a nueve billones 681 mil 200 millones de pesos, cifra 485 mil 500 millones de pesos superior a lo estimado para este ejercicio fiscal, revelan cifras de la Secretaría de Hacienda.
Según la dependencia, el crecimiento del SHRFSP mayor al proyectado se explica por la “reexpresión” del tipo de cambio, cuya incidencia en el Saldo Histórico se estimó originalmente en 253 mil 700 millones de pesos, pero con la apreciación del dólar aumentó a 762 mil 300 millones de pesos, así como por el reconocimiento de pasivos laborales de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por 294 mil millones, como deuda del gobierno federal.
De esos pasivos, éste sólo ha asumido como deuda pública 184 mil millones de pesos (50 mil millones en diciembre de 2015 y 134 mil millones de pesos en agosto 2016), en su totalidad expasivos de Pemex, y durante los próximos meses asumirá pasivos laborales de la CFE por un monto estimado en 160 mil millones de pesos.
Como consecuencia de la asunción de los pasivos de Pemex por un monto de 134 mil millones de pesos en agosto pasado, se observaron incrementos en la deuda del gobierno federal y en el SHRFSP, el cual se ubicó en ocho billones 972 mil 700 millones de pesos a agosto, pero durante los siguientes meses continuarán su tendencia ascendente por la asunción de los pasivos laborales de la CFE, entre otros factores.
El traspaso de los pasivos de la CFE a deuda del gobierno federal podrán concretarse total o parcialmente en 2016 o 2017, una vez que, de acuerdo con el marco normativo, el ahorro por la rees-tructuración de su sistema de pensiones haya sido validado por un experto independiente.
La SHCP explicó que los apoyos del gobierno federal a Pemex y a la CFE son operaciones compensadas que no aumentan las necesidades de financiamiento del sector público, pero se reflejan en un incremento del gasto y del nivel de deuda al sustituir un pasivo que ya existía, pero no tenía naturaleza de deuda, por un pasivo que ahora tiene naturaleza de deuda conforme a las leyes de ingresos de la federación para los ejercicios fiscales 2015 y 2016.
De acuerdo con el más reciente informe de finanzas públicas de la SHCP, de enero a agosto de este año el gasto neto pagado se ubicó en 3 billones 383.3 mil millones de pesos, cifra mayor en 4.7 por ciento en términos reales con respecto al mismo periodo de 2015. En tanto, el gasto programable aumentó 3.3 por ciento en términos reales en el mismo lapso.
Los incrementos observados, mayores a los estimados, se explican por la asunción de los pasivos laborales de Pemex.
Jorge Ramos | Excélsior
