La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte destinó esos recursos al grupo de 11 servidores públicos que incluso reportaron como parte de su “cobertura informativa” fotografías tomadas de la televisión.
La mayoría de estos funcionarios estuvo en Brasil sin ni siquiera tener acreditaciones pues cuando viajaron solo cuatro contaban con ellas, mismas que les fueron otorgadas por la televisora Claro Sports durante los días de mayor enemistad entre Conade y COM (Comité Olímpico Mexicano), este último a quien en teoría debieron solicitarlas.
Pero la mayoría de estos funcionarios pronto se quedó sin medios para trabajar, pues a cuatro de ellos les retiraron las acreditaciones apenas cuatro días después de la inauguración, por infringir las reglas y publicar en las redes sociales de Conade un video de competencia, en ese caso de la gimnasta Alexa Moreno, según reveló en su momento el semanario Proceso.
Según cifras obtenidas por Mediotiempo, el grupo adscrito a la Coordinación de Comunicación Social de la Comisión, gastó en total 1 millón 999 mil 606 pesos durante los pasados Juegos Olímpicos, dinero que el pugilista originario de Chihuahua se hubiera tardado 9 años de su beca en juntar.
De acuerdo a datos solicitados mediante el portal nacional de Transparencia, los 11 funcionarios gastaron y comprobaron en hospedaje, alimentación, transporte local y depósito (este último rubro así se menciona el documento) un monto de 1 millón 509 mil 784 pesos, independientes a los 489 mil 822 pesos en boletos de avión, los cuales rondaron entre los 38 y 49 mil pesos por persona. Tan solo para los gastos sin contar los vuelos la Conade había destinado 2 millones 142 mil 36 pesos, de los cuales fueron devueltos 632 mil 252.
Emiliano Montiel Hernández, Ismael Chumacero Lozano, Matías Martínez Velázquez y Arturo Villagómez Fragoso, fueron los funcionarios descreditados. Jesús Zurita Salazar, Hayde Cienfuegos Torres, Laura Sarmiento Navarro, Alejandro Villicaña Ramírez, Daniel Céspedes González y Javier Flores Zúñiga, desde el inicio viajaron a Brasil sin acreditación, por lo que el fotógrafo Manuel Olayo Ramírez quedó como el único de los 11 acreditado para laborar.
Eso se reflejó en que este último tomó 89 de las 117 fotografías que fueron publicadas en el portal de Conade dedicado a Río 2016. Las 28 restantes se las dividieron entre Chumacero, Zurita Salazar y Montiel Hernández, si bien fueron varias las que se atribuían estos autores cuando en realidad se trataban de “selfies” aportadas por los propios deportistas, más allá de la mencionada toma a una imagen de televisión durante la inauguración en la que se distingue el logotipo de la televisora brasileña pero que fue publicada entre las tomadas por los enviados de Conade.
Bajo estas condiciones y pese a que trabajaron 11 de los 15 días de competencias con una sola acreditación, el grupo de comunicación gastó entre 6 mil 500 y 7 mil 300 pesos por día, es decir, casi la mitad de la beca mensual de Ismael Rodríguez, quien el año pasado tuvo que botear y pedir dinero en los camiones junto a otros boxeadores para buscar su boleto a los Olímpicos.
El presupuesto y el grupo de servidores públicos que se asignaron para la cobertura rebasaron por mucho los lineamientos y medidas de austeridad para las dependencias del gobierno federal, publicados en el Diario Oficial de la Federación el 22 de febrero del 2016.
De acuerdo a este documento, en su apartado A de viajes y viáticos solo “se autorizará la asistencia de máximo dos servidores públicos por evento y por cada unidad administrativa convocada”, aspecto que no cumplió la Conade, que incluso se dio el lujo de contratar personal por honorarios.
Tal es el caso de Fernando Alejandro Villicaña Ramírez, quien se desempeñó como “community manager” en la Comisión Nacional de octubre del 2014 a enero del 2016, tras lo cual fue recontratado para integrar el equipo que viajó a Río 2016 el pasado mes de agosto.
De las 11 personas que asistieron a la cobertura de los Juegos, cuatro ya no laboran ahí, de acuerdo a información de la propia dependencia, siendo septiembre el último mes que trabajaron, mientras que cuatro más lo continúan haciendo mediante honorarios y solo tres son trabajadores de nómina.
