Chile busca crear un sistema de pensiones con sentido colectivo
Santiago, 04 de noviembre del 2022.- La debilitada presidencia del chileno Gabriel Boric, quien en un golpe de realidad ve cómo su agenda de cambios estructurales está amenazada legislativamente, se lanzó a intentar una que será épica: la reforma al sistema de pensiones de capitalización individual, símbolo del régimen neoliberal, para avanzar hacia uno mixto en el que la solidaridad intergeneracional cumpla un papel clave para proveer jubilaciones decentes.
Dista de ser un salto radical, pero podría ser el punto de inflexión desde el cual el gobierno consiga finalmente arrancar y dar una pelea a fondo por las reformas que llevaron a Boric al poder.
Previos pasos en falso tumbaron a varios de sus principales ministros, la aprobación al gobernante se hundió a menos de 30 puntos y los pleitos públicos entre los representantes de las dos coaliciones oficialistas causan pena ajena por su vaguedad y desatino; tanto así, que el presidente los reunirá a todos este fin de semana para alinearlos y definir prioridades en un intento por sacar a flote la gestión y una agenda.
A ese marasmo se le suma la incontestable realidad de ser minoría parlamentaria, lo cual dificulta de entrada cualquier iniciativa legal, y una derecha bravucona que se siente dueña del 62 por ciento que rechazó la nueva constitución hace dos meses y que, aunque dice lo contrario, luce decidida a clausurar cualquier posibilidad de revivir aquel proceso, como no sea bajo su estricto condicionamiento.
Ese es un bosquejo del escenario en el cual intenta articular Boric y en el que lanzó su proyecto mixto de pensiones.
El centro de la reforma
El meollo de la reforma –y de la disputa ideológica que se avecina– radica en la creación de un fondo de ahorro colectivo que se alimentará con un aporte equivalente a 6 por ciento del salario a cargo de los empleadores; porque, a diferencia de otros países, en Chile no existe la contribución patronal a la seguridad social, sino que las pensiones dependen exclusivamente del 10 por ciento que mensualmente cotizan los trabajadores.
La cuestión es si ese 6 por ciento será parte de un fondo común o, como busca la derecha, las propias administradoras de fondos de pensiones (AFP) –que ya rechazaron de plano la propuesta– y también buena parte de la ciudadanía, irá a las cuentas particulares.
La capitalización individual y las AFP son celosamente custodiadas por la derecha política, son emblemas del neoliberalismo y piedra angular del financiamiento de los conglomerados empresariales, pues en ellos se colocan los ahorros previsionales, que ahora suman unos 150 mil millones de dólares.
Pero, como explicó Boric en cadena nacional, tras cuatro décadas de existencia 72 por ciento de los 2 millones de pensiones que pagan las AFP son inferiores al salario mínimo (cerca de 440 dólares), y uno de cada cuatro jubilados recibe una por debajo de la línea de la pobreza (no cubre la subsistencia), mientras las AFP ganan millones con las comisiones mensuales que cobran, en torno a 1.4 por ciento.
El asunto del destino del 6 por ciento es tan sensible para las personas que Boric le dedicó especial atención en su discurso.
“Es importante puntualizar que los aportes provenientes de este 6 por ciento van a quedar registrados en las cuentas personales de cada trabajador, de acuerdo con una tabla, y podrás ver este aporte en tu cartola (estado de cuenta) mensual de manera clara y transparente.”
También dedicó palabras a desmentir bulos que circulan: los ahorros en las cuentas individuales, tanto los acumulados como los del futuro, mantendrán la propiedad individual, podrán heredarse, serán inexpropiables y podrá elegirse quién los invierte.
Según explicó el presidente las jubilaciones de una mujer o un hombre que cotizaron la mitad de su vida laboral con un sueldo de 440 dólares y que reciben una pensión cercana a 285 dólares, se incrementarán inmediatamente 46 por ciento (130 dólares) para el hombre y en 52 por ciento (148 dólares) para la mujer.
Nuevo nicho
“Durante los últimos años ha existido un largo debate sobre las AFP. Las chilenas y chilenos están cansados de las comisiones abusivas y las pérdidas que genera el sistema actual. Las AFP, en esta reforma, se terminan. Existirán nuevos gestores de inversión privados con el objeto exclusivo de invertir fondos previsionales y, además, existirá una alternativa pública, lo que permitirá promover la competencia con la entrada de nuevos actores”, anunció el presidente.
Recaredo Gálvez, investigador de seguridad social, conflictividad sindical y social de la Fundación Sol (www.fundacionsol.cl), dice que el gobierno hace una propuesta “bastante moderada que consagra un minisistema mixto”.
Enfatiza que a diferencia de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde “el empleador es el que aporta en mayor porcentaje para la pensión final, no es el trabajador”, esto no varía con la reforma.
Respecto del fin de las AFP, dice que “si bien se reconoce el fracaso del sistema, existe la posibilidad de que las compañías de seguro, que son dueñas de la mayoría de AFP que operan en Chile, vean un nuevo nicho de negocios a través de las gestoras privadas de inversión”.
Considera que “mejorarán las pensiones, pero gracias a los impuestos generales, mediante el gasto público destinado al pilar no contributivo” y que se perfila “mantener una estructura orientada a la capitalización individual y a utilizar más gasto público que, dada la estructura de impuestos que hay en Chile, quienes hacen el mayor aporte vía consumo son las personas de ingreso medio bajo”.
Con información de: https://www.jornada.com.mx/