Charlas de Taberna | Marcos H. Valerio | Atrocidades en Guanajuato
La crisis de inseguridad que vive Guanajuato es resultado, entre otros factores, de la operación impune de grupos delincuenciales y de un complejo entramado de complicidades.
Cabe destacar que la entidad ocupa, desde el año pasado, el primer lugar nacional en cuanto a homicidios dolosos. En 2019 se tiene un registro de tres mil 558 asesinatos y, en lo que va del año, se han registrado al menos mil 911 asesinatos, esto representa un aumento del 28 por ciento respecto a los primeros cinco meses de 2019.
Asimismo, la situación extrema que viven los policías, lo que ha convertido a dicho estado en el más peligroso para ejercer esta profesión. En 2019, se contabilizaron al menos 76 policías asesinados, mientras que, en lo que va del presente año, suman 61, una quinta parte de los policías asesinados en todo el país.
Un hallazgo revelador es el número de eventos cometidos en Guanajuato que se pueden calificar como “atrocidades”.
La presidenta de la organización Causa en Común, María Elena Morera Mitre, indica que, durante el primer semestre del año, hubo al menos 200 casos que cumplieron alguno de los siguientes criterios:
Fueron asesinatos de tres individuos o más; se cometieron actos violentos contra personas vulnerables como defensores de derechos humanos, activistas de causas sociales, menores de edad, actores políticos, periodistas, funcionarios o actores políticos; o bien, se provocó la muerte por laceración o maltrato extremo, feminicidio agravado, descuartizamiento, linchamiento, mutilación, tortura, esclavitud, violación agravada o profanación de cadáveres.
Considera que, al igual que en otras entidades del país, factores sociales forman parte de cualquier explicación sobre criminalidad y violencia. A manera de ejemplo: incluso con un crecimiento económico importante, en 2014, León tenía una tasa de 54 adolescentes víctimas de delitos y maltrato por cada 100 mil habitantes, la tercera más alta del país (Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia del INEGI).
Esa generación, víctima de violencia y maltrato, hoy tiene entre 18 y 35 años. También a manera de ejemplo, debe recordarse que el pasado 1 de julio, fueron asesinados 28 jóvenes en un centro de rehabilitación, todos en un rango de edad, precisamente, de entre 18 y 35 años.
Delincuencia organizada
En charla, María Elena Morera, destacó que Causa en Común observa que una parte importante de criminalidad violenta en Guanajuato se encuentra vinculada al robo de hidrocarburos. En la entidad corren 700 ductos de Petróleos Mexicanos; sin embargo, lo notable es el incremento de tomas clandestinas:
“En 2014 se reportaron 411 tomas ilegales de combustible; para el año 2018, ese número aumentó a mil 919, un incremento del 366 por ciento en cuatro años”, señala.
“Esta situación llevó al gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo a admitir, a finales de 2018, que el 85 por ciento de los homicidios se vinculan al huachicol”.
Otro factor para entender la crisis es el enfrentamiento entre, al menos, dos grupos de la delincuencia organizada: el Cártel de Jalisco Nueva Generación, y el Cártel de Santa Rosa de Lima, lo que agravó la ya delicada situación de inseguridad en el Estado.