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Charlas de taberna | El Zócalo se llenó de Claudistas y AMLITOS | Por: Marcos H. Valerio

El Zócalo de la Ciudad de México volvió a ser escenario de un evento multitudinario que no solo congregó a miles de personas, sino también a una auténtica feria de colores, objetos y expresiones de apoyo popular. Desde las primeras horas de la mañana, aunque nublada y fría, el corazón de la capital comenzó a llenarse de familias, jóvenes, adultos mayores y contingentes provenientes de los rincones más remotos del país. Todos con un objetivo claro: ser testigos del mensaje de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en un evento histórico.

Mientras el bullicio crecía, los vendedores ambulantes hicieron gala del ingenio mexicano, convirtiendo el evento en una especie de mercado ambulante de la transformación.

Había souvenirs para todos los gustos y bolsillos: llaveros de 10 pesos, playeras de 100 pesos, gorras, bolsas y hasta lentes personalizados con los colores y símbolos del movimiento de Sheinbaum. Sin embargo, los AMLITOS de peluche fueron, sin duda, los reyes de la jornada.

Estos muñecos, inspirados en el expresidente Andrés Manuel López Obrador, no solo replicaban su icónica figura, sino que al apretarles la pancita emitían frases célebres como “Me canso ganso” y “Yo tengo otros datos”. Los vendedores, con una sonrisa astuta, explicaban que los AMLITOS eran el complemento perfecto para las fotos del recuerdo.

“HICIERON SU AGOSTO”

Los comerciantes no dejaron escapar la oportunidad. En cada esquina, puestos improvisados ofrecían productos alusivos al movimiento Claudista. “¡Lleve su playera de Claudia, su gorra, su AMLITO! ¡Todo por la transformación!”, se escuchaba mientras los asistentes curioseaban entre los objetos.

Algunos compraban en cantidades, llevándose recuerdos para quienes no pudieron asistir; otros simplemente se contentaban con una pluma o un póster para inmortalizar el día.

A pesar de las multitudes, el ambiente era de entusiasmo y orden. La Secretaría de Gobernación informó que alrededor de 350 mil personas abarrotaron las inmediaciones del Zócalo, pero destacaron que el evento transcurrió sin incidentes relevantes. “Saldo blanco”, fue el parte final de las autoridades, un reflejo del civismo de los asistentes.

LA REPÚBLICA EN EL ZÓCALO

El panorama era impresionante. Las pancartas ondeaban por doquier, algunas con mensajes de agradecimiento a Claudia Sheinbaum y otras recordando el legado de López Obrador. Cada estado parecía haber enviado una representación: chiapanecos con trajes típicos, jaliscienses con sombreros charros, yucatecos con guayaberas impecables y mujeres oaxaqueñas con huipiles coloridos. México entero estaba ahí, reunido bajo el mismo cielo capitalino.

“Venimos desde Sinaloa”, dijo una señora mientras ajustaba la gorra de su nieto, quien sujetaba con orgullo un AMLITO recién comprado. “Queríamos escuchar a la presidenta en vivo, porque es un momento histórico. Es un día que vamos a recordar siempre”.

A medida que avanzaba la mañana, el Zócalo se transformó en un mar humano de esperanza. Las familias compartían antojitos, los niños corrían entre las pancartas, y los vendedores, con su peculiar estrategia de marketing, no dejaban de ofrecer su mercancía. “¿Ya tiene su souvenir? Mire, este AMLITO habla, apriételo aquí. Es una chulada”, decía uno mientras cerraba una venta con una sonrisa de oreja a oreja.

Cuando finalmente Claudia Sheinbaum apareció en el templete, el Zócalo estalló en un estruendoso aplauso. El eco de las voces coreando su nombre retumbó en los edificios coloniales del primer cuadro de la ciudad. Para muchos, no era solo un evento político, sino una celebración del México que imaginan: más justo, más igualitario y lleno de oportunidades.

Al terminar el evento, el Zócalo quedó impregnado de historias, risas y recuerdos. Los vendedores, con bolsas vacías y carteras llenas, recogieron sus puestos mientras las familias emprendían el regreso a casa, llevando consigo algo más que souvenirs: llevaban la certeza de haber sido parte de un momento histórico que quedará grabado en la memoria colectiva del país.

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