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Charlas de taberna | “¡Diles que no me maten!”: García Luna | Por: Marcos H. Valerio

El pasado regresa inevitablemente, tal como en el relato de Juan Rulfo, “¡Diles que no me maten!”. Juvencio Nava, en su pueblo rural, enfrentó las consecuencias de sus actos, consumido por el miedo y el remordimiento. Hoy, esa narrativa parece revivirse en Genaro García Luna, quien, a unas horas de recibir su sentencia, niega su culpabilidad.

“El Súper policía”, que fue encontrado culpable en febrero de 2023 por narcotráfico y delincuencia organizada, envió una carta al juez Brian Cogan, encargado de dictar su sentencia en Nueva York. En la misiva, entregada por su abogado César de Castro, García Luna insiste en su inocencia y califica las acusaciones en su contra como «fuera de la realidad».

A lo largo de cinco páginas, el exfuncionario argumenta que, durante su tiempo en el gobierno mexicano, manejó información sensible sobre la seguridad de México y Estados Unidos, y que debido a los estrictos niveles de control y vigilancia que ello implicaba, es inconcebible que haya tenido vínculos criminales.

“Son dimensiones totalmente inconcebibles”, asegura, al tiempo que destaca los múltiples reconocimientos internacionales que recibió por su lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

En su última carta, García Luna subraya que nunca ha sido una amenaza para la comunidad y defiende su historia de vida, afirmando que nunca ha ocultado malas conductas ni dinero sucio. Sin embargo, la realidad que enfrenta es distinta. El juez Brian Cogan dictará su sentencia, y podría ser una condena perpetua o la mínima de 20 años, dependiendo del fallo.

García Luna, recluido en condiciones que él mismo describe como «infrahumanas» en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, tendrá una última oportunidad de hablar en público antes de escuchar su sentencia. Así como Juvencio Nava intentaba evitar el destino en el cuento de Rulfo, García Luna lucha contra una condena que parece inevitable.

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