Charlas de taberna | Constitución de 1824, pilar de la soberanía, coinciden expertos | Por: Marcos H. Valerio
La Constitución Política de 1824 marcó un parteaguas en la historia de México, sentando las bases para la organización política y jurídica del país. Al conmemorarse su bicentenario, juristas y académicos destacan su impacto y relevancia en el contexto de un siglo XIX lleno de debates y transformaciones.
Coinciden que no solo fue un paso hacia la consolidación de la soberanía mexicana, sino también un reflejo de las tensiones y desafíos de la época. Entre sus elementos clave figuran la división de poderes, el federalismo, la libertad de imprenta y el control civil sobre las fuerzas armadas. Aunque su vigencia fue breve, su legado sigue siendo fundamental en la historia constitucional de México.
En entrevista, Paulina Barrera Rosales, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, subrayó que la promulgación de esta Constitución representó un paso crucial para la organización del nuevo Estado mexicano. «La decisión de constituir una República implicaba que la soberanía residía en el pueblo, rompiendo con la legitimidad del poder por derecho divino», explicó.
Asimismo, destacó la adopción del sistema federal como un rasgo distintivo. Aunque fue un modelo que sufrió ajustes posteriores, sentó las bases para la organización política actual.
«El federalismo fue una apuesta audaz, inspirada en el modelo estadounidense, pero con matices propios que permitieron mayor autonomía a las entidades», agregó.
Otro de los aspectos que la investigadora resaltó fue la declaración del catolicismo como religión oficial, una disposición que perduró hasta la promulgación de las Leyes de Reforma, cuando México avanzó hacia la laicidad del Estado.
DIVISIÓN DE PODERES: UNA INNOVACIÓN CLAVE
Por su parte, Lizbeth Padilla, profesora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, subrayó la relevancia de la división de poderes que instauró la Constitución de 1824.
«La separación entre el Ejecutivo, Legislativo y Judicial fue una de las innovaciones más importantes de este documento».
Aunque inspirada en la Constitución de Estados Unidos, la versión mexicana otorgaba mayor autonomía a los estados, una diferencia que se ajustaba a las necesidades del naciente país.
Lizbeth Padilla también destacó el carácter innovador de esta Constitución al ofrecer un marco para la libertad de expresión y la propiedad privada, aunque con limitaciones.
«Estos derechos, aunque importantes, estaban restringidos por la existencia de fueros militares y eclesiásticos, que otorgaban privilegios a ciertos grupos, lo que impedía una plena igualdad ante la ley», explicó la académica.
PARTEAGUAS EN LA IDENTIDAD NACIONAL
La conmemoración de los 200 años de esta constitución invita a reflexionar sobre su trascendencia. «La Constitución de 1824 fue el primer intento de México por definir su propia identidad como nación independiente y soberana», comentó Barrera. Este documento, aunque imperfecto, fue un paso esencial hacia la construcción del Estado mexicano moderno.
Señaló que, si bien la Constitución no incluía un catálogo integral de derechos individuales, sentó las bases para futuros desarrollos en la protección de libertades y derechos. «El concepto moderno de constitución, con un enfoque en derechos y división de poderes, fue influido por las ideas de la Revolución Francesa, aunque México adoptó estas ideas de manera gradual», apuntó.