Cayeron demanda de crédito y uso de tarjetas por el Covid-19: ABM.
Ciudad de México, 20 de mayo del 2020. Debido a la pandemia de Covid-19 la demanda de crédito en el país ha disminuido y el uso de tarjetas de crédito y débito ha caído 46 por ciento en ambos casos, lo cual demuestra que el consumo está prácticamente detenido, afirma Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM).
El representante de la banca mexicana estima que los índices de morosidad podrían incrementarse, pero es labor de las instituciones, dice, mantener los niveles de capitalización y liquidez, tal como estaban antes del brote del nuevo coronavirus.
En entrevista, Niño de Rivera considera que para la recuperación económica se necesitarán recursos equivalentes a 10 por ciento del producto interno bruto (PIB) y brindar una mayor cantidad de apoyos a los mexicanos que han quedado sin fuentes de ingresos, así como a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que son las más afectadas.
La respuesta inmediata de la banca, sostiene, es el programa de aplazamiento de pagos, sin el cobro de intereses ordinarios, y en esta ocasión, en comparación con crisis pasadas, se tiene a un sector más fuerte, que no es parte del problema, sino de la solución
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Adelanta que, al concluir la actual situación económica, la banca mexicana buscará colocar más crédito, pues, apunta, se encuentran disponibles 600 mil millones de pesos para dar liquidez.
–¿Cómo está la demanda de crédito? ¿Tras la crisis puede aumentar la morosidad?
–La demanda ha bajado, porque la actividad económica se ha reducido considerablemente. Vamos a ver cuál es el impacto en la caída del PIB en este segundo trimestre, pero hay muchos estimados de doble dígito. Relevantes. Entonces, hemos tenido menos.
“Sin embargo, la reactivación, 264 municipios están considerados en color verde, por lo que anunció la autoridad, empezó este lunes. Tendremos que estar atentos a la reactivación y al uso del crédito para esas localidades.
La calidad de la cartera la medimos todos los días. Nuestro trabajo es la administración de riesgos y el más importante es el crediticio. ¿Puede haber un incremento? Sí, claro, pero nuestra tarea es anticiparnos a eso y ver de qué manera apoyamos a nuestros clientes.
–Se habla de que la administración se fija sobre las operaciones con crédito y débito. ¿Cómo ve la banca el impacto en el consumo o el sector comercial?
–Aún no tenemos los datos de abril, pero entre enero y febrero había caído 20 por ciento el uso de las tarjetas de crédito y débito. En marzo, 46 por ciento. Suponemos que abril será más acentuado.
Coincidencia en apoyos
–¿Las medidas que ha adoptado la autoridad son suficientes?
–Coincidimos en que los apoyos deben ir adonde se están canalizando, principalmente a las mipymes y a las personas que han perdido sus ingresos, sus empleos o que ya no tienen actividad. Ahí coincidimos. Creemos que se van a necesitar más recursos para que esto realmente surta el efecto que se requiere en la economía. Se ha hablado de que se necesitarán recursos de entre 6 y 7 por ciento del PIB, pero creemos que se va a necesitar más, cerca de 10 por ciento, para reactivar la economía.
–¿Cómo actúa la banca con esta crisis?
–Hace dos mes ofrecimos el programa de diferimiento de pagos, que fue nuestra respuesta inmediata a la situación que está viviendo el país frente al confinamiento. Hay una enorme falta de liquidez. Lo que tenemos es que más de 4.7 millones de personas se han apegado al programa. Es lo que vemos como respuesta a la oferta que hicimos. Es una participación bastante robusta.
–¿Qué tanto va a ayudar el programa de aplazamiento de pagos?
–Hay muchas personas, micro negocios y pequeñas y medianas empresas que no tienen ingresos. Primero, porque los micro y pequeños empresarios que tenían clientela no va. Por otro, hay un número creciente de gente que se está quedando sin empleo. Se le ha bajado el ingreso. Este programa da liquidez de inmediato, permite tomar ese dinero que se iba a destinar a pagos de capital e intereses en los próximos cuatro meses y destinarlo a otras necesidades más apremiantes. Creemos que eso está ayudando mucho a las personas que se han sumado al programa.
–¿Cómo vive la banca esta pandemia?
–De forma amplia. La oferta del diferimiento es nuestra respuesta inmediata. También a las mipymes. Seguiremos trabajando con nuestros clientes y buscando oportunidades de colocar crédito y ver que se reactive la economía. No va a afectar igual a todas las regiones e industrias. Hay unas muy perjudicadas que tardarán mucho en levantarse, y otras de forma inmediata y robusta.
“Todas las que exportan a Norteamérica, próximamente con el Tratado México, Estados unidos y Canadá, tendrán más actividad. Y si echamos a andar proyectos de construcción de vivienda, ahí colocaremos crédito, particularmente hipotecario.
–En décadas recientes la banca ha presentado un gran avance. ¿Qué ocurrirá tras la pandemia?
–Eso es el tema central que distingue esta situación de crisis a las demás. En 2008, 1994, 1987, 1982 y 1976 la banca llegaba junto con el país a una situación muy desfavorable. En esta ocasión la banca es parte de la solución y no del problema. Esos índices, la fortaleza que tienen los bancos, la capitalización y la calidad de la cartera nos permiten participar en la reactivación de la economía. Ese es, hoy, el tema importante.
«Tenemos 600 mil millones de pesos disponibles para prestar, con índices de capitalización y liquidez elevados. Por consiguiente, podemos actuar de inmediato. Por ello el programa de diferimiento. Posteriormente seguiremos moviendo el crédito en las regiones e industrias que tengan mayor actividad».
Con información de: https://www.jornada.com.mx/