Ciudad de México, 29 de mayo del 2024.- La Secretaría de Marina Armada de México (Semar), capacita a pilotos aeronavales en la operación de helibaldes con los que se pueden transportar, en cada vuelo, 2 mil 500 litros de agua que se vierten de manera directa en la zona afectada, sin importar que en cada maniobra las tripulaciones tengan que sobrevolar a unos 40 metros de las llamas y en temperaturas que dentro de la aeronave superan los 45 grados centígrados.
La principal escuela para operar aeronaves a las que se adaptan bolsas denominadas Bambi Bucket, con lo que se combate el fuego que anualmente se presenta en grandes extensiones en todo el país, se localiza en Base Aeronaval de Veracruz. Foto Germán Canseco El capitán Francisco Patiño Heredia, es maestro capacitador de tripulaciones, afirmó que no cualquier piloto puede realizar estas maniobras aunque conozca la operación de helicópteros, pues cada aeronave, en este caso helicópteros MI-17 de fabricación rusa, además de considerar el peso de la tripulación, los pasajeros y el combustible, tiene que conocer el procedimiento y los retos que implica trasladar las bolsas que contienen un máximo de 2 mil 500 litros de agua. “Se requiere un entrenamiento específico. Lo que necesitamos de las tripulaciones que vienen aquí a hacer el curso son pilotos que ya tengan experiencia en vuelo con carga máxima, porque el helicóptero lleva un peso mayor al que estamos acostumbrados”.
Las tripulaciones enteras son entrenadas por un grupo especializado que encabezan el capitán Pedro Luis Angelito Sánchez y el teniente Luis Alberto Roquet García, ya que cada componente, la operación del Bambi Pocket y de la aeronave, constituyen retos en los que se debe considerar el medio ambiente, los vientos, la capacidad de carga, la distancia entre el punto del incendio y de recarga de agua, y los requerimientos de cada tipo de siniestro, pues explicaron que los hay de tipo superficial, a los que se les denomina de copa, pero también los hay subterráneos, y cada uno tiene sus necesidades específicas para extinguirse. El teniente Florentino Hernández Laguna, mecánico de aviación e ingeniero de vuelo, así como maestro decarga, es uno de los hombres de mayor experiencia en el combate a incendios forestales de la Semar, señala que en sus más de 20 años en la Semar y de los cuales más de un tercio de su carrera siendo “bombero naval”, considera que los incendios más complicados por las condiciones del terreno, los combatió con cientos de hombres de otras instituciones en la reserva de la Biósfera de Sian Kha´an, en Quintana Roo, que en 2021 tuvo una duración de más de 12 días, y en 2019 una conflagración en la Sierra de Santa Catarina, en Nuevo León, que consumió más de 200 hectáreas.
“Hay ocasiones en que las operaciones se realizan a unos 40 metros sobre el nivel del incendio para si hay algún cable, o el ruido del helicóptero provoque que un ave salga de manera despavorida, podamos maniobrar. Dentro de la aeronave se registran temperaturas al interior de la aeronave que va de los 40 a los 45 grados centígrados y dependiendo de las condiciones climatológicas se trabaja hasta 12 horas continuas combatiendo un incendio”, señaló el teniente Hernández Laguna.
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