Cangrejos Rojos
23 de febrero de 2016.-
Gecarcoidea natalis
El cangrejo rojo es originario de la Isla Navidad, en Australia, y no se encuentra en ningún otro lugar del planeta. Pero en su tierra natal es una especie muy importante, alrededor de 120 millones de individuos cubren la base de la selva tropical y desempeñan un papel crucial en la determinación estructural del ecosistema.
Estos cangrejos de gran tamaño están activos durante el día aunque prefieren yacer a la sombra ya que pueden morir deshidratados debido al calor asfixiante de la luz solar directa. Hurgan entre las hojas caídas, semillas, frutas y flores reciclando nutrientes y colaborando con la morfología y composición de la flora autóctona.
Durante la mayor parte del año, los cangrejos rojos son moradores solitarios de las madrigueras que cavan en toda la selva. Durante la temporada seca se esconden en estos refugios para conservar la hidratación corporal y prácticamente permanecen allí durante dos o tres meses.
Pero con la llegada de la temporada de lluvias, en octubre o noviembre comienzan su legendaria migración en dirección a los predios de apareamiento junto al mar, moviéndose en coloridas y masivas oleadas que inundan y sobrepasan todos los obstáculos, incluso carreteras (que requieren túneles para los cangrejos o cierres temporales) e incluso acantilados frente al océano.
Este viaje anual está estrechamente vinculado a los ciclos lunares. Los cangrejos llegan a la costa y se aparean de forma tal que las hembras pueden producir suficientes huevas y desarrollarlas en sus madrigueras durante doce días antes de liberarlas al mar en el momento preciso en que la marea alta comienza a subir, entre el cuarto menguante y la luna nueva. Durante este período, el nivel del mar de la playa presenta una menor variación y ofrece un acercamiento más sencillo, un factor tan importante que si el tiempo llegara a atrasarse, los cangrejos migratorios aplazarían el desove hasta el siguiente ciclo lunar.
Las huevas de cangrejo rojo eclosionan inmediatamente y las crías viven como larvas en el mar durante una mes antes de regresar a la orilla, mutando de seres acuáticos a terrestres y adentrándose lentamente en tierra firme para comenzar un nuevo ciclo.
Con información de: NATIONAL GEOGRAPHIC