Hábitat que preservan con éxito ejidatarios, sociedad civil y autoridades. La presencia de ocelotes revela buen estado de conservación
La sinergia que forjan comunidad, autoridades y sociedad civil en pro del medio ambiente genera siempre buenos resultados. Claro ejemplo de esto es la presencia de crías de ocelote (Leopardus pardalis) registradas a finales de 2015 y en febrero de 2016 por cinco cámaras ocultas de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), así como el avistamiento de otro cachorro captado por la Asociación Civil Pronatura Noroeste, A.C. en la zona de influencia del Área de Protección de Flora y Fauna Campo Verde (APFF), en el estado de Chihuahua.
Alienta saber que en Campo Verde se recupera la población del mayor de los felinos pequeños manchados, catalogado entre las especies en peligro de extinción en la NOM-059-SEMARNAT-2010; la supervivencia de este carnívoro revela el buen estado de conservación de la Reserva Prioritaria para la Conservación Campo Madera y la buena calidad del hábitat de esa región.
El ocelote es un mamífero carnívoro de hermoso y preciado pelaje de tono variado y negras manchas alargadas, rosetas negras con interior café en los costados, rayas negras en la nuca de una cabeza redonda, oblicuas en los hombros y blancas en las patas, y cuya cola apenas roza el suelo. Si bien la estampa de este felino es muy valorada, lo es más su servicio a la naturaleza, ya que su eventual pérdida perturbaría la cadena alimenticia y afectaría la dinámica de los bosques de coníferas y pino encino y del ecosistema en su conjunto.
Por lo esquiva y poco abundante de esta especie, el registro de sus crías merodeando el Conjunto Huápoca representa un éxito del programa de monitoreo biológico de la CONANP que, a través de cámaras ocultas, observa sigilosa la fauna silvestre detectada además en otros sitios arqueológicos de la región: 40 Casas y Cueva Grande.
El Conjunto Huápoca es un vestigio arqueológico conformado por más de 180 “casas en acantilado” dispuestas como pequeños multifamiliares en cuevas y abrigos rocosos de los acantilados que forman los barrancos Sírupa-Huápoca de la cuenca del río Papigochic, bajo resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, en Madera, Chihuahua.
El monitoreo biológico en el ejido Cebadilla de Dolores es también un logro de los habitantes de Campo Verde y sus zonas de influencia que participaron en un proyecto comunitario dentro del Programa de Empleo Temporal con actividades de conservación como colocación de 14 cámaras-trampa en áreas estratégicas, que captaron imágenes de más de 15 especies, entre ellas, pumas, coyotes, gato montés, guajolotes norteños, venados cola blanca y pecaríes de collar.
De todos los registros, el más destacable es el segundo de ocelote en esta ANP, hábitat que el felino comparte con osos negros, guajolotes, pavos salvajes, venados cola blanca, pumas, águilas reales, en medio de pinos blanco y de Arizona, encinos, glaucas, lamos y pinabetos, entre la vasta diversidad de especies que pueblan esta APFF.
El intrépido y afortunado turista que se interna por estos territorios agrestes puede tener el privilegio de observar al ocelote corriendo por las barrancas del río Papigochic, en la región que se ubica entre los estados de Chihuahua y Sonora decretada como Reserva Forestal Nacional y Zona de Refugio de la Fauna Silvestre Campo Verde el 3 de enero de 1938 y recategorizada como Área de Protección de Flora y Fauna en 29 de enero de 2003.
Con información de: http://www.gob.mx/semarnat
