- Niños y jóvenes se preparan física y emocionalmente durante el campamento de la Orquesta Sinfónica Infantil de México, para iniciar su gira nacional
Mario Antonio Monzón Frías es un joven de 17 años con un objetivo, ya que desde hace una década, la música se convirtió en parte esencial de su vida, “mi mayor deseo es poder tocar como solista en los teatros más importantes”; un anhelo que el oriundo de San Luis Potosí persigue de cerca, pues este año fue seleccionado como uno de los dos pianistas que recorrerán el sureste del país con la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM), por su 18 aniversario.
Al igual que Mario, otros 136 jóvenes están desde hace una semana en el campamento de verano de la OSIM —ubicado en un hotel en Amealco, Querétaro—, en el cual sus ensayos son de ocho horas diarias. Su estancia se rige bajo un reglamento, enfocado en la sincronía, la expresión corporal y de emociones.
El director artístico de la orquesta, Eduardo García Barrios, asegura que a los jóvenes se les exige excelencia debido a que “este año nos enfrentamos a una de las piezas más complejas que ha llegado a la OSIM; es un tema en el que los chicos deben sentir y transmitir”, refiriéndose a “Danzón número 9”, una composición del maestro Arturo Márquez, que expresa “furia y dolor”, ya que fue compuesta haciendo alusión al muro de Trump y fue estrenada por la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles.
El también director del Sistema Nacional de Fomento Musical agregó que el alto nivel de preparación que los jóvenes requieren es para transmitir una pieza de esta naturaleza. “El tema del muro provoca un sentimiento homogéneo en los mexicanos, pero en los niños lo enseñamos diciéndoles que piensen en algún momento de su vida, donde se hayan enojado y, de esta forma, trabajamos en la expresión del sentimiento mientras tocan”, explicó sobre la manera que abordan de la pieza.
Con información de: https://heraldodemexico.com.mx/