México, 18 de octubre de 2016.- El chip con el que cuentan casi todas las tarjetas ya no sirve para evitar fraudes.
La delincuencia ha encontrado en el “hackeo” de las páginas web de los bancos y las aplicaciones móviles la forma más efectiva de robar a los clientes bancarios, explicó Mario Di Costanzo, presidente la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Indicó que 74 por ciento de las 3.6 millones de quejas para bancos recibidas en la Comisión entre enero y junio de este año fueron por presunto fraude a través de sitios web de la banca, de comercios y de las aplicaciones para móviles.
Además, las quejas presentadas en tarjetas bancarias se dispararon en el semestre respecto al mismo periodo de 2015 y concentraron 90 por ciento del total de las reclamaciones.
De enero a junio, la Condusef recibió 2 millones de quejas de tarjetas de crédito y 1.1 millones de débito, un aumento de 39 y 60 por ciento respecto al mismo periodo de 2015, respectivamente.
De esta forma, el índice de reclamaciones –número de quejas por cada 10 mil operaciones con tarjetas de crédito– pasó de 43 a 51 y en débito subió de 5 a 7.
Ya en particular, American Express y Santander tuvieron los índices de reclamación más altos en tarjetas de crédito, de mil 151 y mil 64 quejas por cada 10 mil contratos.
Los dos más grandes emisores, BBVA Bancomer y Banamex, se ubicaron en 870 y 802 por cada 10 mil, en ese orden.
En cuanto a débito, el índice de reclamación más alto lo tuvo Banco Azteca, con 469 por cada 10 mil, un aumento de mil 134 por ciento en el periodo, respecto al de 2015.
Luis Niño de Rivera, vicepresidente de la Asociación de Bancos de México y de Banco Azteca, sostuvo que hay muchas personas que están dedicadas a buscar la forma de defraudar a través de medios electrónicos a comercios y bancos.
“Los ataques van a seguir porque ni siquiera ahora lo hacen las personas, lo hacen máquinas que están todo el tiempo trabajando, 24 horas al día, a ver cómo identifican una oportunidad o una debilidad”, agregó.
Aclarar un problema por fraude o robo de identidad implica un proceso más tortuoso con un plástico de débito que de crédito.
En crédito, los bancos depositan el monto reclamado y posteriormente realizan la investigación, mientras que en débito, el usuario debe comprobar al banco que los cargos son indebidos para que la institución lo acredite, lo que lleva varios meses.
Al primer semestre, 84.4 por ciento de las reclamaciones por tarjeta de crédito fueron resueltas en favor del usuario y en débito, 75.8 por ciento.
Jessika Becerra | Reforma
