Biblioteca Central cumple 65 años: 5 datos sobre este edificio emblemático de la UNAM
Un 5 de abril de 1956 abrió sus puertas por primera vez la Biblioteca Central de la UNAM. Desde hace 65 años se constituyó en un espacio que favorece los encuentros fructíferos entre la información y las comunidades lectoras, lo cual les ha permitido a miles de ellas lograr con éxito su formación, al generar investigación, conocimientos, innovación y extender su cultura.
Además de moderna es pionera en la automatización de procesos de catalogación y clasificación de acervos, de digitalización de tesis y fondos especiales que permiten su preservación y mayor accesibilidad; es también un edificio emblemático de la cultura mexicana por sus murales que son obras de arte y es, quizá, el inmueble más fotografiado de México.
Su edificio, diseñado y construido a mediados del siglo pasado con asesorías de bibliotecarios contempló las condiciones para evolucionar y adecuarse a distintos momentos y seguir transformándose en el presente y en el futuro.
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Aquí te dejamos cinco datos para conocer más de esta obra de arte que ha visto pasar a varias generaciones de universitarios y estudiantes de otras escuelas superiores.
1. La construcción de la Biblioteca Central se inició en el año 1950. Fue construida en un área total de 16 mil metros cuadrados. El encargado de proyectar y dirigir la construcción de este recinto fue el pintor y arquitecto mexicano Juan O’Gorman, quien introdujo a México la arquitectura funcionalista. Él contó con el apoyo de los arquitectos Gustavo Saavedra y Juan Martínez de Velasco
2. Abrió sus puertas el 5 de abril de 1956 con aproximadamente 80 mil volúmenes: 20 mil adquiridos exprofeso para ella y 60 mil provenientes del Departamento Técnico de Bibliotecas. Hoy alberga cerca de 600 mil volúmenes impresos, colecciones digitales, publicaciones periódicas con más de 338 mil fascículos, 541 mil 457 tesis y un fondo antiguo con 17 mil 790 títulos.
3. Es pionera en innovaciones, fue la primera en la Universidad en permitir el acceso directo a las estanterías, así como la pionera en la automatización de procesos de catalogación y clasificación, lo que permitió generar el catálogo electrónico con los acervos de todas las bibliotecas universitarias. También fue el primer laboratorio de restauración de libros en América Latina.
4. Diseño vanguardista. En un inicio se pensó que el inmueble albergaría a la Biblioteca y la Hemeroteca nacionales –que se ubicaban en el Templo de San Agustín, en el Centro Histórico- y conservaría el patrimonio documental del país para los siguientes 50 años. Se planeó para alojar medio millón de volúmenes, entre libros y revistas. Se decidió que la Biblioteca diera servicio a la comunidad universitaria y complementaría los servicios brindados por las bibliotecas de las facultades.
Para su diseño y construcción recibieron asesoría de bibliotecarios nacionales y extranjeros. Prueba de su buen diseño es que en su interior se genera un clima adecuado para los libros, no hay humedad ni exceso de calor ni entrada de luz directa que pueda dañarlos.
5. Sus murales, obras de arte. Juan O´Gorman consideró que la Biblioteca debía ser un edificio emblemático de la cultura mexicana, por eso sus murales semejan un códice en el cual se muestra la historia de nuestra nación.
Allí están representadas la época prehispánica, la colonial, la Revolución, así como el presente y el futuro simbolizados por el escudo de la Universidad Nacional y sus funciones sustantivas: docencia, investigación y extensión de la cultura.
Sus murales están hechos con cerca de 150 diferentes tipos de piedras de diversas regiones del país, las cuales han resistido los embates del clima y el paso de los años.
Con información de: https://www.elfinanciero.com.mx/