Cultura

Ballet de Monterrey en clausura del Festival Nuevo León en Los Pinos

Ciudad de México, 27 de agosto del 2024.-  El Ballet de Monterrey (BM) fue el encargado de clausurar el festival Nuevo León en Los Pinos, el domingo por la noche después de tres días de actividades de todo tipo, desde lo artístico hasta lo gastronómico. La programación concebida para el Complejo Cultural Los Pinos contó con la participación de 950 artistas y creadores neoloneses, indicó Melisa Segura, secretaria de Cultura de la entidad que cumple 200 años de existencia. “Esta celebración llevada a cabo a lo largo de 2024, nos ha permitido reflexionar sobre lo que somos en Nuevo León y cómo nos insertamos en la narrativa nacional. Estar en Los Pinos era fundamental”, aseguró la funcionaria en su mensaje de clausura. Segura estuvo acompañada por Yolanda Graza, presidenta del patronato de BM.

El BM, que el año entrante cumplirá siete lustros de fundado, ofreció un programa “mixto”, representativo del repertorio de la agrupación, sus búsquedas e intereses. La función inició con un fragmento de Carmen, de Robert Hill, un clásico de la compañía. Siguió Hydra, de Robbie Farchild, primer bailarín del New York City Ballet, estrenado apenas en marzo pasado. También se presentó el pas de deux de la obra Maximiliano y Carlota; Brusco, creación del mismo coreógrafo Thiago Soares, y Divertimento, de Yosvani Ramos, director de BM. Esta obra de índole “clásica”, ofrece “un estilo Balanchine contemporáneo”, expresó Flor de Lis Castañeda, coordinadora artística. El programa fue muy aplaudido por el público que llenó por completo la sillería disponible en el antiguo helipuerto. De hecho, era tanto el entusiasmo por reconocer a los bailarines que los aplausos fueron espontáneos y tal vez más frecuentes que si la función hubiera tenido lugar en un teatro formal, cerrado.

Castañeda es de la idea de que la globalización se da también en la danza, en el sentido de que “ya no hay bailarines que sólo sean de ballet clásico. En este momento manejan contemporáneo, neoclásico y otros estilos de movimiento que han aprendido de diferentes culturas y países, algo que enriquece su danza”. Para la bailarina de formación el lenguaje folclórico, incluso, es explorado por grandes compañías como la Ópera de París y el Royal Ballet. También está presente en Maximiliano y Carlota. Realizar un espectáculo de ballet al aire libre requiere de ciertas adaptaciones. El BM, no obstante, ha buscado “salir de los recintos clásicas porque sabemos que hay un público más allá de los teatros”, señaló Castañeda. “Queremos que México en general se enriquezca con la danza, no sólo con una escultura vista en una avenida. Ese ha sido nuestro impulso para arriesgarnos un poco más y buscar las condiciones, por ejemplo, traer nuestro propio piso y montarlo en ese tipo de escenarios para poder bailar”.

Para la función de Los Pinos el piso fue facilitado por la Compañía Nacional de Danza, indicó a La Jornada. Para su presentación en la Ciudad de México, el BM viajó con 22 bailarines, mientras que por lo normal sus programas comprenden entre 45 y 50. El elenco arribó al compromiso con dos días de anticipación a fin de que los bailarines se acostumbraran a la altura. “Venimos con una logística bien programada para que ellos prueben el escenario, el espacio, ver si está húmedo, porque todo influye en el cuerpo del bailarín. Siempre tratamos de salvaguardarlos en el sentido de, okay, ve con cuidado, prueba esto aquí. Si el piso está inclinado traemos un equipo para atenderlo. Si los chicos se sienten seguros podrán dar una buena actuación”.

Desde hace más de tres décadas BM impulsa y cultiva el arte dancístico en el norte del país. “Tenemos temporadas didácticas para las que invitamos a los niños de las escuelas para sembrar esa semilla de la danza. Con el paso del tiempo hemos visto que ya tenemos un púbico, las personas ya saben qué es el ballet. Sin embargo, es una tarea ardua que continúa año con año”, finaliza Castañeda.

con información de https://www.jornada.com.mx/

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