Argentina se prepara para 10 semanas de ‘tormento’ antes de conocer a su próximo presidente
- Después de la fuerte depreciación del peso, los analistas estarán pendientes de las acciones o anuncios de Mauricio Macri y Alberto Fernández, el gran ganador de las elecciones primarias.
Quedan al menos diez semanas más de incertidumbre para los votantes en Argentina antes de descubrir si el último colapso del mercado se basó en algo real.
Los inversores se alarmaron ante la abultada derrota del presidente Mauricio Macri frente a Alberto Fernández en las primarias del fin de semana pasado, pero eso fue apenas el comienzo del proceso político: la campaña todavía está en marcha paralas elecciones presidenciales del 27 de octubre, y pocos confían en el compromiso de los dos principales candidatos de trabajar juntos para mitigar el riesgo de una mayor agitación económica.
«Es muy difícil para ellos competir y colaborar al mismo tiempo», explicó Miguel Kiguel, exformulador de políticas argentino en la década de 1990 que también sirvió en el Banco Mundial. «No creo que sea suficiente hablar con Macri y mostrar buenas intenciones».
El resultado del fin de semana pasado no es un punto final a la vista de la realidad política fracturada de Argentina, ni de su lamentable situación económica y financiera, hasta que haya claridad electoral. La situación se agudiza por un vacío sobre el equipo económico y las políticas de Fernández, quien ha dicho que es muy pronto para revelar esos detalles.
Sin un plan detallado, Fernández «no puede dar al mercado lo que quiere», dijo Kiguel.
Lo peor es que tampoco parece que Macri tenga las respuestas: con la caída de 25 por ciento del peso argentino esta semana, el mandatario hizo un último esfuerzo para recuperar a los votantes cansados de la recesión con una gran cantidad de ‘curitas’ económicas.
Aún así, la posibilidad de incumplimiento en los próximos cinco años es de 83 por ciento, en comparación con el 49 por ciento de la semana pasada, aunque ya está un poco mejor después de la leve recuperación de los bonos el jueves.
El estancamiento político hace que los argentinos teman lo peor, por lo que compran dólares y se preparan para subir los precios de los alimentos, medicamentos y otros elementos esenciales. Ellos ya conocen muy bien cómo son estas crisis: en 1989, la nación vivió una hiperinflación con aumentos de precios de 50 por ciento por mes, lo que obligó al presidente del momento a entregar el poder antes de lo planeado. En 2001, Argentina cayó precipicio abajo, con un incumplimiento de una deuda de 95 mil millones de dólares.
Los antiguos veteranos de la política argentina no pronostican una hiperinflación o un incumplimiento soberano en el futuro inmediato, pero consideran que es responsabilidad de Fernández el calmar a los inversores, ya que no le conviene heredar una crisis que dificultaría su próximo Gobierno.
Nadie quiere un ‘suicidio político’
«No estamos en 2001 y Alberto Fernández no piensa en lo buena que sería una restructuración para él», comentó Pablo Guidotti, exdirector del banco central y viceministro de Economía en la década de 1990. «No les beneficia cometer suicidio político, nadie quiere una crisis».
Guidotti considera que el pánico de esta semana fue exagerado, y espera claridad política dentro de dos semanas y que los mercados se calmen. Kiguel, su antiguo colega, está de acuerdo en que las cosas no son tan malas como en 2001, pero piensa que actualmente hay un mayor riesgo de inflación. Esto se debe a que un tipo de cambio flotante significa que cuando el peso cae, hay un impacto más directo en los precios de los alimentos y otras necesidades. Para él, esta dinámica aumenta el riesgo de pánico en las calles.
Los aumentos de precios inminentes serían otro golpe para los argentinos que enfrentan una inflación anual superior a 50 por ciento y una economía que acababa de empezar a surgir de una fuerte recesión. Ahora los economistas dicen que Argentina podría estar regresando a la recesión tras la caída del peso esta semana.
En el período previo a las elecciones, no queda claro cómo Macri y Fernández podrían unirse para calmar las preocupaciones. Fernández no tiene prisa alguna y dijo que estaba demasiado ocupado enseñando una clase universitaria el miércoles para responder rápidamente al mensaje inicial de Whatsapp de Macri. En cualquier caso, un entendimiento mutuo entre ellos no sería suficiente para evitar el caos financiero.
«La gente se enfoca en esto como un problema de comunicación. ¿Qué palabras pueden decir para calmar los mercados?’», remarcó Benjamin Gedan , exdirector para Sudamérica del Consejo de Seguridad Nacional bajo el presidente Barack Obama.
«La realidad es, ¿qué políticas proponen? Una respuesta razonable para abordar estas inquietudes es proponer políticas que no aterroricen a los inversores», abundó.
Algunos expolíticos creen que Fernández no está haciendo su parte para calmar los mercados. Para Claudio Loser, argentino y exdirector del Fondo Monetario Internacional durante la crisis de 2001, Fernández «no ha sido totalmente convincente con su mensaje».
«Hasta ahora no ha actuado de manera responsable para calmar la economía. (La falta de claridad) puede complacer a su circunscripción, pero los mercados seguirán sufriendo».
Con información de: https://elfinanciero.com.mx/