Apple se topa con la dura realidad de su iPad
- Tim Cook sostiene desde hace mucho tiempo que la iPad es un negocio en rápido crecimiento; sin embargo, no lo es. Las ventas cayeron durante 12 trimestres consecutivos. Pero con su próximo lanzamiento, Apple está empezando a ver la realidad.
La compañía informó el martes que lanzaría una versión actualizada de su iPad insignia a un precio más bajo. Fue la primera actualización de este modelo de iPad desde fines de 2014, aunque desde entonces Apple presentó dos versiones de la iPad nuevas (y más caras) que la compañía promociona como más útiles para tareas similares a las de una laptop.
Dos años y medio es un lapso notablemente largo entre las actualizaciones de su principal modelo de iPad, tendencia también evidente en el negocio de las Mac de Apple.
El lapos entre las actualizaciones de la iPad no es una señal de debilidad sino un reconocimiento de la realidad por parte de Apple y su máximo ejecutivo Tim Cook, que sostiene desde hace demasiado tiempo que este dispositivo es un negocio en rápido crecimiento. Decididamente no lo es.
Las ventas unitarias de iPad cayeron durante doce trimestres consecutivos. En su ejercicio económico más reciente, Apple vendió la menor cantidad de iPads desde 2011, el primer año completo en que el dispositivo estuvo a la venta. Esto es prueba más que suficiente para concluir que una caída “temporal” de las ventas ya no es temporal. Y no invertir tiempo y dinero en actualizaciones anuales de un producto es la estrategia correcta respecto de un negocio en descenso constante.
Y eso está muy bien. No todos los negocios pueden crecer hasta la luna. La iPad es un aparato cómodo para muchas personas y es increíblemente rentable para Apple. Poseerlo puede hacer que la gente se quede enganchada con los productos de Apple y se le pueda vender aplicaciones, suscripciones a Apple Music y otras opciones de internet que son un elemento cada vez más importante de la estrategia de Apple.
Pero si la iPad ya no es un negocio en rápido crecimiento, alguien debería decírselo a Cook.
“Aún me siento muy optimista respecto al lugar al que podemos llevar el producto”, dijo a los analistas en una llamada en conferencia de enero. Señaló que la iPad “no está cerca” de “llegar a un punto de penetración” y que, fuera de algunos problemas temporales de existencias que quizá afectaran las ventas a corto plazo, “soy muy optimista respecto de la iPad”.
Apple sigue jactándose de lo felices que están las personas con su iPad, del crecimiento de las ventas en países como China e India y de la cuota de mercado líder que tiene la compañía en el sector de las tabletas. Puede que todo esto sea cierto, pero pocas compañías tienen el descaro de jactarse de ser la número 1 en un sector industrial en contracción. En el plano mundial, las ventas de todas las tabletas cayeron 15.6 por ciento en 2016, según la firma de investigación IDC.
El problema de no aceptar la realidad es que Apple no puede renovar las expectativas de los inversores y los empleados y realinear su estrategia con la realidad de que la gente se aferra a su tableta y su laptop durante más tiempo antes de comprar una nueva.
Eso demora la compra de nuevos dispositivos y es una reacción natural al auge de los smartphones como principal dispositivo de computación en la vida de muchas personas; en particular, los jóvenes y los habitantes de China e India que Apple considera mercados de rápido crecimiento fundamentales. La misma tendencia afectó primero al mercado de las PC. Allí las ventas caen desde hace cinco años consecutivos y ese descenso fue un preanuncio del futuro de la tableta.
Mi colega de Bloomberg News Mark Gurman informó que las propias investigaciones de Apple indican que las personas renuevan su iPad aproximadamente cada tres años, mientras que compran un iPhone nuevo una vez cada 18 meses a dos años. Con esa evidencia, tiene sentido que Apple dirija su atención al iPhone y a posibles proyectos futuros en autos o realidad aumentada y reduzca la atención que dedica a las líneas de iPad y Mac. Puede que la compañía ya lo esté haciendo entre bambalinas, y es por eso que hubo una brecha larga entre los modelos nuevos de iPad y Mac.
Apple y su rival Microsoft sí parecen creer que hay crecimiento para las tabletas que pueden servir para reemplazar una laptop. Apple está publicitando el iPad Pro con comerciales que destacan sus ventajas con relación a una computadora convencional.
Está muy bien. Microsoft y Apple se han beneficiado con la venta de estas tabletas de alto precio y también lo ha hecho un nicho de personas que buscan este tipo de computadora que conjuga una tableta con una laptop. Pero es importante que Apple no permita que estos bolsones prometedores para el iPad oculten la verdad: las ventas de tabletas están en una caída permanente.
Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg, de sus dueños, ni del El Financiero.
*Shira Ovide es la columnista de Bloomberg Gadfly que cubre tecnología. Anteriormente fue periodista de The Wall Street Journal.