Aplican en zonas rurales innovador modelo educativo
San Luis Del Pino, Puebla, 22 de noviembre del 2021.- Entre las montañas y rodeada por un bosque de pinos a más de 2 mil 200 metros de altitud, en el corazón de la reserva de la biósfera Tehuacán-Cuicatlán, en una pequeña escuela 24 adolescentes, en su mayoría niñas, cursan su secundaria multigrado con un innovador modelo pedagógico: el Aprendizaje Basado en la Colaboración y el Diálogo o Modelo ABCD del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
Apoyado en una enseñanza recíproca con tutorías personalizadas, en las que un alumno que aprendió una lección puede enseñar a otro, ya sea de su mismo grado u otro nivel, el modelo ABCD propone que cada estudiante elija un tema de su interés.
Una vez que se selecciona aquello que quiere aprender, estudia con el apoyo de un Líder para la Educación Comunitaria (LEC). Al lograr el aprendizaje, puede enseñarlo a alguien más, lo que permite “compartir el conocimiento y al mismo tiempo reforzarlo”, afirma Efraín, quien desde hace siete años colabora como LEC.
Con el modelo ABCD el Conafe atiende a más de 295 mil alumnos de preescolar, primaria y secundaria en zonas rurales, comunidades indígenas, de migrantes jornales, e incluso, de población circense. Distribuidos en 31 mil 981 escuelas o servicios en todo el país, atendidos por 31 mil 659 LEC, permite que comunidades de alta y muy alta marginación accedan a la educación comunitaria.
En medio de uno de los bosques de pino piñonero más aislado de Norteamérica, Yazmín y María, alumnas de segundo grado de secundaria, sueñan con seguir estudiando, pero la distancia impone sus desafíos.
El plantel de bachillerato más cercano a su comunidad está a dos horas y media por caminos de brecha. “Acá es muy bonito, no hay contaminación, me gusta donde nací, pero cuando sea grande yo sí me quiero ir a la ciudad a estudiar, a conocer lugares. Quiero ser militar paracaidista, como esas mujeres que he visto en los desfiles, te da una emoción cuando las ves”, dice Yazmín, que quisiera cumplir un sueño: conocer un museo.
María de las Nieves, otra de sus compañeras, quiere ser fotógrafa y dar testimonio de la belleza de su localidad. Asegura que lo que más disfruta del modelo ABCD es que “puedo aprender de mis compañeros, cuando doy una tutoría si pronuncio mal una palabra me corrige mi compañero o al revés, así te das cuenta que hay cosas que no sabías. Hay un diálogo, no como en otras escuelas, donde nada más enseña el maestro”.
Sin acceso a becas
En San Luis del Pino se multiplican las carencias. El clima frío semiárido no es propicio para el cultivo del maíz, de ahí que las familias deban gasta hasta 500 pesos por un bulto del grado que permite alimentar a una familia numerosa “sólo tres o cuatro días, aunque vayas agarrando de a poquito. Lo que tenemos más a la mano son los frijolitos, que es con lo que la vamos pasando”, señala María.
Pese a ello, la beca a la que pueden acceder como alumnos de educación básica “no llega para todos. Metimos los papeles, pero a unos les llegó y a otros no. Y ese dinero sí nos ayuda porque nos pueden comprar zapatos y comida, es un apoyo, pero ahorita ya no está llegando mucho. Y pues acá apenas alcanza para comer y dar una pequeña cooperación de diez pesitos para las actividades de la escuela, como cuando hacemos una kermés”.
Sin acceso a caminos pavimentados ni transporte y a casi cinco horas del hospital más cercano, la esperanza de un mejor futuro subsiste. “Mi mamá me dice que le gustaría que terminara una carrea, que sea yo grande. Me dice: ‘ yo no tuve la oportunidad, pero te vamos a apoyar con lo necesario, cuenta con mi apoyo’, y la verdad me siento orgullosa porque mis padres me lo están diciendo”, narra Yazmín, que junto con su hermano Isai, que asiste al primer grado de secundaria, son los primeros de su familia en cursar ese nivel educativo.
Agrupados en la Asociación Promotora de Educación Comunitaria (APEC), los padres de familia de la Secundaria Comunitaria Rural de San Luis del Pino, recuerdan que hace cinco años iniciaron una aventura: solicitar la apertura de una secundaria Conafe en su comunidad, pues antes de contar con la escuela los menores acudían a un plantel a más de dos horas de camino a pie.
“Estábamos en el comité de padres de la primaria y cuando supimos que podíamos solicitar el servicio Conafe nos fuimos de inmediato hasta las oficinas de Tehuacán, y al año siguiente ya teníamos nuestra escuela. Al principio era precaria, pero luego el municipio nos construyó un aula. Estamos muy contentos, porque con este modelo ABCD los niños aprenden, y les gusta venir a la escuela”, afirma Yolanda, una de las madres de familia.
Efraín, uno de los 4 mil 766 LEC que atienden a 44 mil 705 alumnos de secundaria en comunidad rurales de alta marginación, explica que el modelo ABCD del Conafe propone “salir del esquema educativo convencional donde es el maestro el que decide qué se va a aprender y cómo. Con este proyecto es el alumno el que está en el centro del proceso de aprendizaje, y por eso es tan importante que él decida qué quiere aprender”.
Agregó que en esta propuesta pedagógica el aula “ya no es un espacio donde se debe pedir permiso para salir o buscar un libro, se convierte en una herramienta más dentro del proceso de aprendizaje. Los estudiantes en esta relación tutora pueden salir al campo, a dar tutoría debajo de un árbol, en el patio escolar o donde se sientan más a gusto”.
Explicó que el modelo está dividido no en grados escolares, sino en campos del conocimiento y unidades de aprendizaje, por lo que cada estudiante puede elegir qué es lo que más le interesa, y una vez que se habilitó en ese conocimiento y lo demuestra con una exposición pública, puede dar tutoría a otro de sus compañeros. “Se trata de fomentar el diálogo y reconocer qué todos podemos aprender y enseñar en una relación horizontal de respeto y comprensión del otro”, sentenció.
Con información de: https://www.jornada.com.mx/