Análisis | Por: Pedro Luis Noble Monterrubio | LitioMx
El pasado martes 23 el titular del Ejecutivo Federal, emitió el decreto de creación del organismo público descentralizado de la administración pública federal denominado “Litio para México”. A través de este nuevo órgano que lleva como marca el acrónimo “LitioMx” coordinará la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento del litio, ubicado en territorio nacional, así como la administración y control de las cadenas de valor económico de dicho mineral.
El litio es el metal más liviano de los que hoy conocemos y es el de mayor capacidad de conducción de calor y electricidad. Hoy por hoy su utilización más destacada es en las baterías de los teléfonos celulares, computadoras, cámaras digitales, vehículos eléctricos y en los chips electrónicos automotrices y desde luego en la industria farmacéutica.
Es así como “LitioMx”, con su personalidad jurídica y patrimonio propio, así como, mediante su autonomía técnica, operativa y de gestión, deberá iniciar su tránsito institucional bajo un mandato de ley, desarrollando y ejecutando proyectos de ingeniería, investigación, actividades geológicas; investigando y desarrollando la tecnología requerida en la industria relacionada con la utilización del litio; ubicando y reconociendo las áreas geológicas en las que existan reservas probables de litio con el auxilio del Servicio Geológico Mexicano; promoviendo el aprovechamiento sustentable del litio para la transición energética, en beneficio de la población en general y administrando y controlando las actividades necesarias para la producción, transformación y distribución de productos derivados del litio, para lo cual podrá asociarse con otras instituciones públicas y privadas.
La minería del litio en sus yacimientos naturales, se está volviendo una actividad emergente para muchas economías del mundo. Esto, en virtud de que el cambio climático y la crisis petrolera iniciada desde 2013, han obligado a encontrar nuevas fuentes de energía que sigan conviviendo con las generadas por el petróleo, pero que progresivamente se posicionen como una alternativa sostenible de cara al futuro de cuando menos los próximos 50 años. Es ahí, cuando surge el litio, como aquel metal puro que previa su obtención a través de estudios geológicos y las ya citadas perforaciones en yacimientos, puede ser una fuente de energía de incluso mayor calidad que la del petróleo.
A partir de 2016, el litio se ha venido cotizando a la alza dentro de los principales mercados energéticos, siendo América, el continente donde se encuentra una de las mayores reservas de este metal. Tan solo Chile, Bolivia y Argentina, concentran entre sí, más de la mitad de las 40 millones de toneladas de litio que se encuentran ahora mismo en el planeta. Por otro lado, el mercado del litio tiene una amplísima demanda actual en la industria del vidrio, la cerámica, los lubricantes y la fundición.
Bajo este esquema internacional, México no se encuentra ajeno y con un yacimiento que se estima supera las 4 millones de toneladas de litio ubicado en Sonora, es que el gobierno mexicano ha optado por patentizar desde ahora la regulación en torno al manejo de este cotizado mineral, que se vislumbra, puede ser el siguiente diferenciador en el rubro de las energías. Hoy por lo pronto, ya se encuentra “LitioMx”, dentro de la estructura orgánica del Estado mexicano y se verá hacia adelante, su acción de gobierno y de gestión pública; todo en el marco de la rectoría y control nacional en la materia que asistirá a este nuevo órgano regulador.