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América desboca sismo y cisma en Chivas

LOS ÁNGELES — Chivas 0-2 América. Más que el sismo, un cisma de decadencia en el Guadalajara.

Más que la derrota, las repercusiones. Más que la doble humillación, las múltiples heridas. (Y las llagas de esos prolongados óles desde la tribuna de su propia casa, maldita, pero casa).

Nico Castillo y Andrés Ibargüen firman el epitafio. ¿En la tumba de quién? Sí, de Chivas en la Liguilla, tras doble soplamocos moral que le receta el América en menos de 72 horas.

¿Y también el epitafio de José Saturnino Cardozo? El viernes revelamos un trascendido: aseguran en Guadalajara que Marcelo Michel Leaño ha entregado reportes técnicos, tácticos y estratégicos de los últimos cinco juegos a su directiva.

¿Es Cardozo el único culpable? Es el principal responsable, pero no el único. Aceptó que le vendieran mejores jugadores que los que llegaron. Aceptó que le impusieran a Alan Pulido. Ha vivido bajo el salario del miedo.

En los tiempos de bonanza -esos espejismos de resultados–, el inmortalizado por Ricardo Peláez como #ElPelagatos2.0, se jactaba de su astucia para comprar, prestar y vender. ¿Hoy? Silencio.

¿Amaury Vergara? Tal vez sigue extasiado, embelesado, hechizado por el tráiler de Avengers, más que decepcionado por el equipo en decadencia. Reitero el enunciado del anterior Blog: Jorge Vergara, de poder, el Jorge Vergara de otros tiempos, hoy, los echaría a todos.

Chivas, este sábado, recibió los Santos Óleos en 50 minutos. Con el 2-0, incluso, el América empezaba a prepararse para unos días de asueto.

1.- En el primer tiempo, le marcó Castillo ante la artritis reumatoide de Jair Pereyra.

2.- Sale expulsado Jesús Molina. Llega tarde con plancha y raspón sobre el tobillo de Guido Rodríguez. El silbante le despacha roja.

3.- Sale, quejumbroso, en ese lapso, Alan Pulido, pero es cuestión de interpretaciones si clasifica como desgracia o bendición. ¿Desertó de la batalla o se lesionó? Sólo él lo sabe.

4.- Arranca el segundo tiempo. América se decide a embalsamar el cadáver. Ibarguen, así como Ibarra, encuentra el corredor disponible y dispara cruzado. 2-0.

América fue superior, siempre. Contra once, controlaba las embestidas de Chivas. Contra diez, el Guadalajara estaba desconcentrado, desconcertado. Lo salvó la campana el silbatazo del árbitro.

¿Chivas? En actitud, en dignidad, en responsabilidad, en honradez, los jugadores fueron más que en la zarandeada de la Copa MX. Pero, de haber estado comprometidos plenamente, habrían sido inteligentes, en la marca y en las tarjetas.

Miguel Herrera se dio un festín. Asfixió a Conejito Brizuela, organizó maratones por las bandas, anticipó en la marca, y supo administrar la ventaja de un hombre más, hasta que en los últimos 20 minutos, sus jugadores empezaban a untarse el bronceador.

En esos momentos, Van Rankin, Madrigal y Cisneros, aprovechaban que los americanistas ordenaban cocos con ginebra, para poner a sufrir a Marchesín, pero sin suerte.

Pero, perder menos feo, no hace menos horrendo el calvario del Rebaño en dos suplicios consecutivos ante El Nido.

Un sismo y un cisma. Eso provoca Miguel Herrera con la doble humillación sobre Chivas. Las víctimas, además del equipo, aparecerán pronto.

Además, El Piojo iguala a un histórico del América, como José Antonio Roca, al sumar 21 triunfos ante sus principales rivales: Guadalajara, Pumas y Cruz Azul.

Con información de: http://espndeportes.espn.com

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