Acervo | Por: Pedro Luis Noble Monterrubio | Perspectivas socioeconómicas mexicanas.
Con el inminente regreso a la denominada “nueva normalidad” para el grueso de nuestras actividades primarias en días próximos y medularmente con la atinada esquematización del gobierno de Omar Fayad, para realizar una transición del semáforo rojo a naranja por la contingencia sanitaria ante el COVID-19, es que nos encontraremos las y los ciudadanos en una nueva etapa y circunstancia relacionada a nuestro diario desarrollo humano.
Existen ya múltiples estudios, valorizaciones y proyecciones tendientes a acompañarnos en esta reconfiguración social, mismas que se encuentran sustentadas en diversos rubros de interés público, tales como el económico, el comercial y el de servicios, entre otros. Es así como, las diversas actividades de la sociedad hidalguense irán acompañadas de amplios protocolos que robustezcan las informaciones oficiales y con elementos técnicos, basar la forma en la que asumamos un nuevo rol de vida hacia los meses venideros.
Sin duda alguna, este 2020 ha sido un año particularmente desafiante a nivel sanitario y ha exigido de cada ciudadano mexicano, una especie de disciplina social que le requirió confinar todas sus actividades económicas, profesionales, de culto, gremiales, de servicios, académicas, entre muchas otras. Y frente a este repliegue social, naturalmente se abrieron amplias ventanas de exigencias que hicieran mitigar los crudos impactos de los casi 6 meses de cuarentena forzada.
Dentro de la tabla de necesidades sociales, las que mayormente han impactado la agenda pública han sido las de corte económico – financiero y aquí se ubican directamente las de la base trabajadora mexicana y el sector patronal nacional. Estos dos grandes sectores que son aliados naturales de la historia laboral de nuestra nación se encuentran en la disyuntiva propia de una contingencia económica de esta naturaleza. Sumados también, a los prestadores de servicios de comercio que tienen frente a sí un difícil panorama para sus negocios, hoy en día México tiene un número importante de su población económicamente activa que necesita de apoyos del Estado.
El día de ayer tuve la oportunidad de participar en un webinar con el destacado economista mexicano José Antonio Meade organizado por la Universidad Anáhuac y recojo dentro de los muchos aportes de interés de su ponencia, la importancia de las perspectivas socioeconómicas para México en la actual coyuntura frente a lo que parece una la curva epidemiológica inestable del contagio.
Bajo la apreciación del Dr. Meade, exfuncionario público connotado, debe asegurarse una correcta coordinación entre la sociedad civil y sus gobiernos para mitigar el impacto económico que sin duda alguna traerá consigo esta nueva crisis. Es imperante también y sumamente deseable para la estabilidad macroeconómica mexicana, contar con mecanismos de rescate financiero por parte de las entidades de gobierno encargadas de la hacienda pública en sus tres niveles y patentizar los apoyos que por derecho constitucional las y los mexicanos tienen para sí.
Estas proyecciones económicas dan cuenta de que sin duda alguna habrá una contracción generalizada en los mercados, circunstancia que ya se percibe en diversos nichos de las finanzas de la iniciativa privada, pero que será la robustez financiera del propio país que en sí mismo representa México en su región, lo que permita que sea superada esta circunstancia y que permita a los mexicanos una mejor posición hacia el segundo semestre del año y fundamentalmente para el inicio del 2021. Pero antes, es indispensable una coordinación nacional que no admite regateos. Ojalá suceda, el tiempo apremia.