Colaboraciones

Acervo | Pedro Luis Noble Monterrubio | Movilizaciones campesinas.

El día de ayer fueron tomadas diversas casetas de cobro de autopistas ubicadas en cuando menos 19 estados del país, entre los cuales destacan Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Estado de México, Jalisco, Sinaloa, Sonora, Michocán, Oaxaca, Querétaro y Veracruz. Estos cierres viales fueron realizados por amplios grupos de productores de cebada y maíz.

Sin duda alguna, de forma primaria, se afectó el libre tránsito de miles de automovilistas quienes nos trasladamos rutinariamente entre diversas ciudades, pero al margen de estas medidas ciertamente cuestionables, han quedado en exposición las legítimas manifestaciones delos sectores de producción agrícola para ser escuchados por las autoridades federales hacia la consecución de apoyos productivos al campo mexicano.

Bajo una reestructuración jurídica, administrativa y por supuesto de operación, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, (SAGARPA) instaurada desde el año 2000 en el mandato del presidente Fox, fue transformada al inicio de la actual administración federal a Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, (SADER).

Esta modificación no solo fue de forma y de nombre, en los hechos, esta entidad de la administración pública federal ha sido objeta de una marcada reducción en el presupuesto al rubro de desarrollo rural y actividades agrícolas. Luego entonces, estas decisiones de gobierno han comprometido los apoyos al agro mexicano y cuando se otorgan, estos vienen con marcados retrasos que alteran por completo el ciclo de siembras y cosechas.

Asimismo, es de dominio público el déficit actual en servicios administrativos como las certificaciones agrícolas y en el rubro operativo, la disminución de entregas de apoyos en maquinarias e implementos para estas tareas, la suspensión de actividades del icónico programa “Procampo”, el acompañamiento técnico y las capacitaciones para el sector.

En consecuencia, los grupos de agricultores piden ser escuchados directamente por el jefe del Ejecutivo Federal, ante lo que a ellos han declarado, la no obtención de acuerdos con el Secretario del ramo ni del equipo de la SADER, así como con legisladores federales, con quienes también se reunieron previamente para tratar puntos de la mayor relevancia para la industria, como los actuales precios del maíz, que van de los $3,800.00 a $4,000.00 por tonelada métrica y que a su consideración son montos muy bajos y poco competitivos.

También, se ha solicitado por los productores la conformación de una Comisión Permanente de Atención al Campo, que recoja sus expresiones de forma constante y encausé las diversos requerimientos de apoyo institucionalmente ante el Estado mexicano.

La vocación agroindustrial de México y de Hidalgo ha sido históricamente una carta de presentación frente al mundo. El campo mexicano requiere de un impulso decidido por parte de la federación para reactivar la producción agrícola, misma que es un importante detonador económico de nuestras sociedades. Las movilizaciones campesinas se están dando y las voces de mujeres y hombres que producen comida en el sector primario deben ser escuchadas.

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