Acervo | Pedro Luis Noble Monterrubio | La instauración de la Guardia Nacional.
El pasado domingo el Presidente la República encabezó en el Campo Marte de la Ciudad de México la puesta en marcha de la Guardia Nacional. Flanqueado por integrantes de su gabinete, gobernadores y miembros del empresariado, el mandatario mexicano defendió en su discurso la utilidad que para su gobierno representa el despliegue operativo de aproximadamente 70 mil elementos de este nuevo cuerpo de seguridad a lo largo del país.
Operativamente la Guardia Nacional estará conformada por 150 coordinaciones regionales ubicadas de acuerdo con los índices de inseguridad de cada una de las entidades federativas. De forma inicial, Hidalgo no habría de ser sujeto de recibir efectivos de este grupo táctico, mucho por las condiciones estables de seguridad existentes en este territorio, sin embargo, gracias a los buenos oficios del gobernador Omar Fayad se logró que determinados municipios, sobre todo aquellos límitrofes con el Estado de México, fundamentalmente en la región aledaña a la refinería Miguel Hidalgo de Tula, reciban el apoyo institucional del referido grupo.
Ha sido publicado ya también el Reglamento de la Ley de la Guardia Nacional, que tiene por objeto establecer la organización, estructura y funcionamiento de esta institución de seguridad pública, así como regular la carrera de la Guardia Nacional, su régimen disciplinario y los estímulos aplicables a su personal.
Sin embargo, son por todas y todos conocidos los hechos suscitados la mañana de ayer, miércoles, en los cuales miles de elementos de la Policía Federal tomaron la base de operaciones en la Ciudad de México, así como mediante bloqueos carreteros y viales manifestaron su inconformidad frente a lo que aseguran son violaciones graves a sus derechos laborales ante la instauración de la Guardia Nacional.
Estamos pues, frente a una crisis de las fuerzas de seguridad del Estado mexicano, quienes definitivamente se encuentran confrontadas por cuanto corresponde a los marcos de actuación, regímenes de mando, protocolos de operación y tareas a desempeñar.
Constitucionalmente sabemos ya de los alcances y mandos que tiene la Guardia Nacional, pero en los hechos prácticos como sociedad comenzamos a conocer acerca de la negativa, en este caso del cuerpo policial federal, habrá de sujetarse a determinadas disposiciones que tiene frente a sí para seguir teniendo una fuente laboral. Algunos rubros que policías federales buscan se les reconozcan por parte de la actual administración federal son, el respeto a su antigüedad laboral, que no se les evalúe por parte de personal militar, ya que su formación es justamente policial no castrense, la negativa a ser destacados en cuarteles, la claridad en el monto de su sueldo base, entre otros.
La Policía Federal ha sido considerada por diversos órganos internacionales como un cuerpo élite, en consecuencia, estas mujeres y hombres son elementos que deben ser cuidados por el Estado en aras de consolidar el éxito de la Guardia Nacional. Señalarlos y regatear su trabajo en beneficio de México, suma al encono social, pero limita sobremanera a las corporaciones de seguridad mexicanas. Instituciones sólidas son exigibles en la condición actual de inseguridad que priva en nuestra nación, es así como las políticas de la materia por parte de las autoridades federales deben responder a las legítimas demandas sociales.