Acervo | Pedro Luis Noble Monterrubio | El Salón de la Fama del Futbol.
Esta ocasión ocupé el tintero para escribir sobre futbol y no respecto al crecimiento cero de la economía mexicana o de las confrontaciones políticas por el asilo a Evo Morales o sobre el presupuesto para 2020. Hace un par de días se realizó la novena edición de la ceremonia de investidura de miembros del Salón de la Fama del futbol mexicano e internacional. En presencia de los gobernadores de Hidalgo y Guanajuato, así como de importantes personalidades del balompié y del empresariado mexicano, se verificó esta gala que patentiza el reconocimiento a la trayectoria de diversos exjugadores de las ramas varonil y femenil. Antonio Moreno, director de este proyecto, consolidó alo largo del último año una nueva logística en cuanto al proceso electivo de estas mujeres y hombres que son parte ya del olimpo futbolístico.
De entrada, la votación para los galardonados fue llevada a cabo en Madrid, España, ante destacados periodistas, quienes invariablemente dotan de la mayor legimitidad al proceso. Es justo precisar que el sueño de Jesús y Armando Martínez, Andrés Fassi, Martín Peláez y todo el Grupo Pachuca se ha cumplido con creces. Hoy en día este Salón-Museo es referencia en los ámbitos nacional y global, como lo constatan los respaldos institucionales de los organismos rectores del futbol soccer, como lo son la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) presidida por Gianni Infantino y la Federación Mexicana de Futbol comandada por Yon de Luisa.
Es ya un sitio insignia donde converge la historia natural, al ser la cuna del balompié nacional, con la historia moderna, que se fundamenta en cada ciclo anual, donde se inviste a nuevos miembros a este Salón. Reconocimiento especial merece la figura de Miguel Ángel Calero Rodríguez, el mayor emblema en la historia del Club de Futbol Pachuca. El «Cóndor”, como cariñosamente se le conoció, colombiano de nacimiento y mexicano por naturalización, fue uno más de los nuestros. Un hombre extraordinario que forjó su carrera en esta ciudad y esculpió su leyenda en cada partido, torneo y campeonato disputado.
Un auténtico líder y ganador nato, al que la sociedad pachuqueña y la comunidad hidalguense, a pesar de no tenerle más físicamente, le seguimos profesando mucho afecto y agradecimiento por las alegrías que nos regaló junto a la mejor generación de jugadores tuzos, que lo ganaron todo. Desde este espacio, va un saludo especial a Sandra, su viuda, y a sus hijos Miguel y Juan José, quienes se quedaron hacer vida en México. Una familia por demás estimada entre nosotros. En suma, Hidalgo y su ciudad capital, una vez más con el futbol como el vehículo idóneo para detonar su crecimiento, están en el centro de la opinión públicadeportiva. Esto es motivo de orgullo y de ansia legítima por saber quiénes conformarán a la siguiente generación de investidos para el próximo 2020.