Acervo | El encuentro Trump–AMLO | Por: Pedro Luis Noble Monterrubio.
El día de ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador acudió al encuentro pactado con su homólogo estadounidense Donald J. Trump, para reunirse en el marco de una visita de Estado, misma que duró apenas unas horas y hoy jueves se espera su retorno a nuestro país.
La reciente implementación del nuevo tratado de libre comercio para América del Norte (T-MEC), fue la temática central de la agenda que reunió a los representantes de México y los Estados Unidos, ante la ausencia en esta ocasión del primer ministro canadiense Justin Trudeau.
Durante los días previos fue ampliamente abordado el contexto que reunió la primera salida diplomática en el gobierno lopezobradorista, después de dos años de mandato. Surgieron análisis en torno a la conveniencia sociopolítica para la administración de Trump, de recibir a la presidencia mexicana encabezada por López Obrador, en el curso del proceso electoral estadounidense que elegirá el próximo noviembre, entre un segundo mandato del partido republicano en la figura del presidente Trump o la llegada a la primera magistratura de Joseph Biden, quien fuera vicepresidente durante los dos mandatos demócratas de Barack Obama.
Existió también en el radar de la denominada comentocracia mexicana, un debate en torno a la conveniencia o no, de que, en el actual curso del pico de contagios por la pandemia derivada por el Covid-19, el titular del Ejecutivo federal se expusiera directamente a una salida de trabajo al vecino país del norte.
En la sustancia misma de lo que oficialmente se declaró como el motivo oficial del encuentro Trump – AMLO, se encuentran los alcances del entendimiento comercial plasmado en el T-MEC. Fue así como en el Rose Garden de la Casa Blanca ubicada en Washington, D.C., ambos mandatarios suscribieron una declaración conjunta que consistió primeramente reconocerse entre sí las soberanías nacionales, la legitimidad de sus gobiernos, así como la calidad y condición por medio de la cual son reconocidos sus pueblos para cada gobierno. Posteriormente se patentizó la garantía de atracción de inversiones entre los tres países firmantes, así como el conducto de mercadeo que tendrán los productos sujetos de esta actividad a lo largo de la región.
Se conoció también el acompañamiento empresarial para ambos presidentes por parte de destacados perfiles de los empresariados mexicanos y estadounidense. Por parte de la delegación mexicana destacó la presidencia del ingeniero Carlos Slim, así como de Patricia Armendáriz, Carlos Bremer, Olegario Vázquez y Carlos Hank, entre otros.
Bajo el desarrollo de este escenario, queda constancia de la utilidad permanente que reviste la diplomacia. Conocemos la vocación política del actual régimen de gobierno en torno a limitar en mucho la exposición de su titular en materia de relaciones exteriores, pero para un país con el dinamismo, la historia y el empaque nacional que tiene México es impostergable que hacia adelante esta cartera de la administración pública reciba prioridad desde la presidencia de la República.
En primera instancia parece haber sido una visita de Estado útil para sus promoventes. El tiempo dará el resultado, pero en el momento actual de la contingencia sanitaria, la reactivación económica será fundamental. Para eso en mucho abonará una correcta aplicación del T-MEC y el tener una política de fronteras abiertas en bien de las y los mexicanos.