Crecimiento y finanzas públicas | Nuvia Mayorga Delgado
El INEGI dio a conocer los indicadores adelantados de la evolución del Producto Interno Bruto para los tres primeros trimestres de 2017. El resultado contempla un primer efecto de los sismos de septiembre, por lo que el valor de la producción del tercer trimestre del año es 0.2% menor al registrado en el trimestre previo. No obstante, la evolución anual del periodo completo, enero-septiembre de 2017, muestra un promedio de crecimiento de la economía de 2.2%. Este comportamiento es similar al crecimiento observado en los últimos años, lo cual refleja la capacidad de la economía para resistir coyunturas de volatilidad financiera, así como situaciones imprevistas como lo son los sismos y los daños que causaron a la población, a sus viviendas y a la actividad productiva.
De igual modo, la información al primer semestre de 2017, correspondiente a los datos de la Oferta y Demanda Global, muestran que el Consumo Privado continúa dinamizando la economía con un crecimiento de 3.2% anual en el primer semestre de 2017, lo que refleja que la capacidad de compra de las familias se ha convertido en un sostén del crecimiento, esto significa que pese a la incertidumbre que ha generado la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la demanda interna ha permitido que se mantengan los niveles de crecimiento de la economía.
Dentro de este comportamiento, es necesario enfatizar que, pese a que a principios del año el cambio de gobierno en los Estados Unidos de América, así como el comportamiento del mercado petrolero y la inestabilidad monetaria y financiera llevaron a plantear que 2017 sería un año complicado para la economía mexicana, lo cierto es que la economía ha seguido creciendo y un dato relevante es el nivel récord alcanzado por los trabajadores formales registrados por el IMSS que ya superan los 19 millones de trabajadores y que en 12 meses se crearon cerca de 900 mil empleos formales. Cada empleo y cada registro significan más ingreso para las familias y mayor protección social para cada uno de sus miembros.
Por su parte, los informes sobre la Situación Económica y las Finanzas Públicas, así como el Informe de la Deuda Pública correspondientes al tercer trimestre de 2017 enviadospor la Secretaría de Hacienda y Crédito Público al Poder Legislativo, destacanlos avances en el logro de sus tres prioridades macroeconómicas y hacendarias: Reducción de los Requerimientos Financieros del Sector Público (Deuda), disminución del déficit y obtención de un superávit primario.
De acuerdo con el informe enviado a los legisladores, la medida más amplia del déficit del Sector Público Federal, que son los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), alcanzaron un superávit de 73 mil 341 millones de pesos al tercer trimestre del presente año, contrarioal déficit de 207 mil 657 millones de pesos del mismo periodo del año anterior; esto es, se registró un cambio favorable, de un balance negativo a uno superavitario.
Además, el balance sin considerar el costo financiero de la deuda presentó un saldo positivo por 415 mil 966 millones de pesos, lo cual contrasta con el déficit que se había programado de 13 mil 791 millones de pesos al tercer trimestre de 2017 y con el superávit de 59 mil 119 millones de pesos observado en el año previo.
El esfuerzo de ajuste ha sido importante y tiene dos componentes, el primero es la contribución del Remanente de Operación del Banco de México; el segundo es la combinación de un incremento de los ingresos a una tasa real de 1.8%, frente a una reducción del gasto de 6.4%. Este ajuste recayó sobre todo en el Gasto Programable y dentro de éste en los gastos de los Ramos de la Administración Pública Centralizada, en particular de los gastos de la Presidencia y las secretarías de Estado.
Esta combinación de resultados de producción y finanzas públicas permiten apreciar como en un entorno que se preveía complicado, el país enfrenta el reto de, por un lado, mantener el equilibrio fiscal y, por otra parte, la necesidad de mantener una dinámica de crecimiento y generación de empleo. Además, en estas condiciones, el reciente descubrimiento petrolero sin duda contribuirá afortalecer la actividad económica, incluso en regiones específicas, lo que alentará el desarrollo de actividades productivas generadoras de empleos, ingreso y de capacidades regionales que incidirán positivamente en la calidad de vida de sus habitantes.
Estos resultados confirman que, crecimiento económico y finanzas públicas, no tienen objetivos equidistantes, sino que más bien son objetivos complementarios que exigen de un gran esfuerzo de conducción económica para dar resultados a la población.
Directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas
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