Los Pueblos Indígenas y el trabajo agrícola | Nuvia Mayorga Delgado
México, 20 de agosto de 2017.- Para los pueblos indígenas el trabajo en el campo está estrechamente relacionado con su cultura, ya que cada una de las fases del periodo agrícola está vinculada a alguna festividad, generalmente religiosa. Así, las comunidades indígenas realizan fiestas y rituales de vital importancia para lograr una buena cosecha.
El calendario agrícola de los pueblos indígenas de México está marcado por diferentes momentos en los cuales se bendice a las semillas, se comienza la siembra, se pide por buenas lluvias y se agradece finalmente la cosecha. Este ciclo comienza a inicios febrero con el Día de la Candelaria, en mayo con el Día a la Santa Cruz, a finales de julio con el Señor Santiago, a mediados de agosto con la Virgen de la Asunción, en septiembre con San Miguel Arcángel y concluye a principios de noviembre con el Día de Todos los Santos o Día de Muertos.
El mes de agosto marca una etapa importante dentro del ciclo agrícola, ya que es cuando el maíz se encuentra en fase de maduración y la celebración a la Virgen de la Asunción se realiza en un momento que implica por así llamarlo, un descanso de la ardua labor que ha significado la siembra. En muchas comunidades indígenas durante la celebración se hacen procesiones a los cerros y por medio de rituales se pide que la cosecha se presente de buena forma. En algunas comunidades nahuas de Guerrero suelen adornar las iglesias con pequeñas matas de maíz verdes que empiezan a jilotear y las mujeres realizan danzas donde portan estas matas como un símbolo del ritual y celebración.
La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) conoce la importancia que tienen el trabajo en el campo y estas fiestas para las comunidades indígenas. Por eso, como parte de sus acciones impulsa diversos programas, uno de ellos dirigido a los productores indígenas, es el Programa para el Mejoramiento de la Producción y Productividad Indígena (PROIN), cuyo objetivo general es el de apoyar la consolidación de proyectos productivos y turísticos, así como de acciones de seguridad alimentaria para la población indígena organizada en grupos, sociedades o empresas que habita en localidades con 40% y más de población indígena, para que tengan o mejoren sus ingresos, a la vez de contribuir a generar condiciones de igualdad entre las mujeres y los hombres.
Para el éxito y buen desarrollo de estos proyectos, la CDI brinda a los beneficiarios capacitación, asistencia técnica, acompañamiento y certificación a los proyectos y/o productores indígenas, igualmente en los casos que así se requiera apoya en la comercialización de los productos.
Asimismo, para fortalecer las expresiones culturales relacionada con el ciclo agrícola, la CDI impulsa el Programa de Iniciativas Comunitarias de Cultura para el Rescate y Fortalecimiento y Difusión del Patrimonio Cultural Indígena, desde el cual se apoya la realización de las fiestas, ya sea con instrumentos musicales para las bandas, generalmente de música de viento o vestuario para las danzas tradicionales, entre otros de los elementos necesarios de la celebración. También dentro del Programa de Comunicadores Indígenas para la Producción y Realización de Proyectos de Comunicación Intercultural se ha brindado apoyo para la difusión a través de documentales de las festividades y rituales pertenecientes al ciclo agrícola, ya que son una expresión crucial para acercarnos a la gran diversidad cultural de los pueblos indígenas que nos muestran sus aspectos simbólicos, su creatividad y sus creencias.
Es así que la CDI entiende y atiende a la gente, ya que lleva a cabo acciones para impulsar las actividades productivas y también, para fortalecer su cultura. Sabemos la importancia que tiene el trabajo agrícola y las manifestaciones culturales asociadas al mismo, en las cuales la población indígena expresa su cosmovisión y son un aspecto central de la identidad que caracteriza a cada uno de los pueblos indígenas de México.